martes, junio 22, 2010

Encuentro de poetas (Diario Milenio/Opinión 22/06/10)

Hace apenas un trimestre impartí un seminario de poesía en la Universidad de California, San Diego. Cada lunes, entre la 1:00 y las 3:50, me reunía con un pequeño grupo de estudiantes alrededor de una larga mesa ovalada en el cuarto piso de un edificio cuyo elevador —aparente causa de un alarmante número de pacientes con cáncer— sigo evitando. Ahí hablábamos de los libros requeridos (este trimestre: Howe, Ondaatje, Zurita, De la Torre, Nowak) y, pasando copias de mano en mano, comentábamos los poemas del día: dos por persona para un total de ocho por sesión. Cada uno de los poemas era una especie de respuesta a indicaciones más bien laxas (lee traducciones de tu poeta a un idioma que no conoces, traduce por cualquier medio posible o aproximado, escribe un poema con esas palabras, por ejemplo) aunque todas ellas relacionadas a la lectura cuidadosa y creativa y crítica de los documentos personales de un poeta norteamericano.

-

En efecto, estos jóvenes poetas del seminario estaban escribiendo con otro poeta, este último atrapado en el papel que no llegó a la publicación pero que permanece en el universo del archivo, en este caso el Archivo de Poesía Contemporánea que alberga la Biblioteca de UCSD. Ahí se encuentran, entre otros tantos, los papeles de poetas como Joe Brainard (de quien la editorial Sexto Piso publicó no hace mucho la traducción al español de su I remember), Rae Armantrout, ganadora del Pulitzer este año, hasta la recién fallecida Leslie Scalapino. Ahí también están los documentos de otro entrañable poeta e infatigable antologador y viajero irredento: Jerome Rothenberg. Tal vez por todas esas características es que no haya sido del todo sorpresivo que fue ahí, mientras anduve rastreando entre sus documentos, que encontré dos cartas inéditas de Julio Cortázar. Me interesaba entonces, como me interesa todavía ahora, investigar el tipo de lazos que se han establecido, o no, entre autores de América Latina y autores de Estados Unidos. ¿Se han leído? ¿Se han encontrado y, de haberse encontrado, se entendieron alguna vez? Estas dos cartas son apenas una pequeña muestra de una línea de investigación que bien podría rendir frutos relevantes tanto a nivel estético como político. Mientras eso pasa, no puedo resistir la tentación: aquí van, literales, las dos cartas y el texto de la postal que el Cronopio Mayor intercambió con Jerome Rothenberg entre 1961 y 1972.

-

MSS 10/ BOX 6/ FOLDER 16

París, July 19, 1961.

9 place du Genérél Beuret

PARIS IV

Dear Jerome,

I suppose you will be back to the States when this letter reaches you. I am awfully sorry that I missed you in Paris for a few days. I came back two days ago, after a long trip to France and Italy, and found your letter. What a pity! I feel especially sorry because you asked me for a hotel and such kind of things, and I would have liked so much to be of some help. ¡How lonley we all are, after all! We cross each other like cold planets, and only form time to time here is a brief meeting —Boy, if I let mayself go this letter will take a wordsworthian mood. God forbid! Jerome, I am very sorry indeed.

-

De todas maneras espero que lo pasaste bien en París, y que no tuviste inconvenientes. Me hubiera gustado tanto que vinieras con tu mujer a casa, donde se puede charlar toda la noche y estar tranquilos. No me acostumbro a la idea de que pasaste por aquí apenas unos día antes de mi llegada.

-

Yo hice un viaje muy hermoso por Francia e Italia, viendo cosas que no conocía, sobre todo el misterioso mundo de los etruscos que me fascina. Fuimos a Tarrquinia y a Viterbo, para visitar las tumbas, y nos asomamos a esa increíble civilización tan crepuscular y ambigua, donde no se sabe si las imágenes ríen o lloran, donde las tumbas están llenas de escenas eróticas, de delfines azules y pájaros. ¿Conoces bien Italia? Yo no me canso de volver, y creo que si no existiera Francia, me iría a vivir allá, probablemente Roma.

-

Junto con tu carta encontré una de Paul donde también me habla de algunas posibilidades editoriales. Me alegro mucho, y te agradezco a ti las noticias que me traías y que no pudiste darme. Algún día que no tengas nada mejor qué hacer, escríbeme. Y no te olvides que tu poesía me gusta mucho, y que quisiera recibir siempre lo que publicas.

-

A esta altura de la carta me doy cuenta de que te estoy escribiendo en español. Ya me parecía muy rara la velocidad con que me salían las ideas. Por un momento creí que realmente estaba empezando a escribir bien en inglés. Otra ilusión que se va al suelo.

-

Le daré tus saludos a Paz cuando lo vea. Y ahora, mis mejores afectos, para ti un gran abrazo de tu amigo. Julio.

-

Paris, April 20, 1972

Dear Jerome,

I moved from Place du Genérél Beuret, so your letter was sent (almost a month later) to my new address. To make things worse, I had started a trip who took me far from Paris, so when I came back it was of course too late to be present in Paul’s memorial. I feel very sorry for it, and my only consolation is to think that if Paul had knowed he would still be laughing and saying that these are the ways of cronopios.

Jerry, I remember our last and too brief encounter in Havana. I hope next time we shall be able to see more of each other, though you do not come to Paris and the USA government would not let me to go there. But, as the witches in Macbeth, poets always meet again. Sahll I have the joy to read some of your poetry in the next future?

Un abrazo de tu amigo.

Julio Cortázar.

I live in: 9, rue de l’Eperon, PARIS VI.

P.S.-In November a novel of mine shall be Publisher in Panteón. The book will be dedicated to Paul.

No hay comentarios.: