miércoles, agosto 26, 2009

Un poema, uno.

A María del Carmen

Si sólo pudieses acercarte,
venir a este sollozo que sufre y permanece.
Si sólo pudieses, desde lejos,
mirar este desierto,
esta calma sin manos, este cuerpo
yacente, sin piernas, debatiéndose.

Si solamente pudieras oírme,
si acaso, sólo, pudieras oír cómo te amo
sin alas, sin agua, sin labios
cómo te amo, ¡sí, sólo cómo te amo!

Per tú desconoces mi existencia
y vas perdiéndote en mi propio desamparo.
Tú desconoces el paisaje que levanta
cada una de estas miradas rotas.

Y vives en una casa sin puerta ni ventanas
y no me oyes llorar cuando atardece
y no adviertes la sangre que mancha tu vestido.

Juan Eduardo Cirlot
Oda a Ígor Strawinsky y otros versos (1944)
dentro del libro de poema En la llama (Siruela, 2005)

No hay comentarios.: