domingo, enero 11, 2009

Sin musicalidad no hay poeta

Por la noche me preguntaron
si no había visto al poeta
que impresionó a la crítica
en el bar que atiendo cada noche.

Respondí que no,
la poesía no es lo mío,
pero ¿qué les puedo servir?, pregunté.
Pidieron un trago de ron
que bebieron decepcionados.
Ellos buscaban al poeta,
el ron no era parte de su plan.

Horas después encontré,
detrás del espejo del baño,
a un joven delgado y taciturno:
parecía poeta.

Lo mire sin atreverme a preguntar,
entendió mi silencio y mi miedo.

No digas que me viste,
sucede que soy el que buscas,
pero extravié la música, la poesía.
Ahora soy el reflejo de lo que fue un poeta.

Un miserable poeta.

1 comentario:

Luis Alvaz dijo...

incluso Borges lo reconocía: "Todas las artes aspiran a la condición de la música"; en otra frase llegó a decir:

[…] quien es poeta es poeta continuamente, se ve asaltado por la poesía continuamente; de igual modo que un pintor, supongo yo, siente que las formas y los colores están asediándolo; o que un músico siente que el extraño mundo de los sonidos, el mundo más extraño del arte, está buscándolo siempre: qué melodías y, por qué no, discordias también, que lo buscan..


Bella paradoja la de la poesía. Paul Valèry llamaba a los poetas desdichados pues están obligados a construir sus obras con palabras, siendo que el músico logra alcanzar la “materialización” de su idea musical mediante material sonoro en “estado de pureza”. Esto último lo leí en un escrito de Cortázar.

Saludos.. muy interesante el planteamiento del poema.