miércoles, septiembre 17, 2008

Pensar el 68

Diario Milenio-Puebla (18/09/08)
----
A 40 años del Movimiento Popular Estudiantil de México, Libros de Bolsillo y Ediciones Cal y Arena han puesto a circular el libro Pensar el 68. Hace no mucho tiempo, la UNAM editó un CD que contiene las declaraciones del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz sobre el momento político que se vivía en el México que había organizado las XIX olimpiadas de la era moderna.
-
Pensar el 68 me trae aquel discurso que envía en presidente a la nación en su cuarto informe de gobierno: “Seguimos tolerantes hasta excesos criticados, pero todo tiene un límite. No podemos permitir ya que se siga quebrantando el orden jurídico, como ante los ojos de todo el mundo ha venido sucediendo”. Con esa advertencia, en un informe en el que el presidente de la república le dedica más de una hora al Movimiento Estudiantil, se reafirmaba la importancia de éste, a expresión de quienes se involucraron directamente en un movimiento que aún (para Tomás Cervantes Cabeza de Vaca) no ha sido estudiado del todo.
-
cuarenta años de distancia se publican ahora las entrevistas y testimonios que fueron preparadas hace veinte años, a decir del registro de las fechas y los textos de los autores. Pensar el 68 fue coordinado por Hermann Bellinghausen y Hugo Hiriart. Contiene textos de Héctor Aguilar Camín, Raúl Álvarez Garín, Sócrates Amado Campos Lemus, Heberto Castillo, Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, Pablo Gómez, Luis González de Alba, José Revueltas y Marcelino Perelló, entre otros.
-
Hay aquí, en estas páginas, testimonios verdaderamente dramáticos, como el de Cabeza de Vaca: “Ya vienen por mí”.
-
Muy aparte de Pensar el 68, me topé con el video donde Díaz Ordaz rompe el silencio y manotea a los reporteros antes de partir a España a ocupar una embajada que le había ofrecido José López Portillo. Dice ahí: “Pero de lo que estoy más orgulloso de esos seis años es de 1968, porque me permitió servir y salvar al país. Les guste o no les guste (…) y si no hubiera sido por eso usted, muchachito, no tendría oportunidad de estar aquí preguntando.”
-
Al avanzar en la lectura de Pensar el 68, entre las excelentes entrevistas de Gilberto Guevara Niebla y Raúl Álvarez Garín, me detuve un poco en el texto de Aguilar Camín que recupera un testimonio recogido por la prensa nacional en ocasión del fallecimiento del expresidente, los días 16 y 17 de julio de 1979. Sólo un pequeño extracto: “Hombre en toda la extensión de la palabra [se refiere a Díaz Ordaz], supo tomar decisiones históricas y justificar su función de Ejecutivo. Gran mexicano, heredó al país su obra y sus decisiones importantísimas en momentos trascendentales para México. Gran jurista, sus actos estuvieron inspirados en un profundo patriotismo…”
-
Estas mismas palabras las había escuchado yo en otro afásico discurso no hace mucho...
-
Pensar el 68 rescata lo que llama “la huella moral” de un periodo que contribuyó a la lucha por la democracia en México.
-
De amena lectura y con la portada de Abel Quezada, Pensar el 68 es un libro que nos ayuda a comprender un movimiento político de gran importancia para México.

martes, septiembre 16, 2008

Lectura de inéditos poblanos (1980-1990)

Lectura de inéditos poblanos
Centro de Lectura Condesa del INBA (Nuevo León 91, Col. Condesa. México, D.F)
Organizan:
Dirección de Literatura, Ediciones y Bibliotecas de la Secretaría de Cultura del Estado de Puebla
y
La Fuga Literaria.
--
1er día: 19 de septiembre (17:00-19:00 hrs)
--
Conrado Zepeda Pallares
10 de noviembre 1980
Originario de Acámbaro, Gto. Poblano por adopción y convicción.
Egresado del Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP.
Ha participado en diversos encuentros de literatura organizados por estudiantes de distintas universidades del país.
Ha publicado “El árbol de Génova” (Revista B-612, Núm. 1), “Hay un comienzo de himno como un árbol…” (Revista B-612, Núm. 2/3 noviembre-diciembre), “Vocación” (Revista B-612, Núm. 5), “Virgen de media noche” (Revista B-612, Núm. 6), “Es un solo instante” (Flecha y espejo. Núm. 6. Noviembre-diciembre 2003).
Prefiere la poesía por encima de la narrativa: Ernesto Cardenal, Ceslaw Milosz, Oscar Milosz, Wyslawa Symborzka, Octavio Paz, Salvador Novo, Guadalupe Amor, Walt Whitman, Xavier Villaurrutia, Coral Bracho, Álvaro Mutis. La poesía que más le agrada debe estar llena de significación y sobre todo, debe acercarse al silencio y a la danza, especialmente la ritual.
--
Leonardo Ávila Vázquez
27 de mayo de 1986.
Alumno del Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP.
Narrador de ficciones cortas.
Ha publicado el cuento “Revelación sin manzana” en la revista La mancha de la Universidad Autónoma de Tlaxcala.
Preferencias literarias: Narrativa. Autores favoritos: Borges, Cortázar, Marguerite Yourcenar, Rulfo, Poe.
--
Israel Aguilar Torres
6 noviembre 1985.
Egresado del Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP.
Poeta y narrador.
Ha publicado algunos de sus “Cuentos desesperados” en el Diario Cambio, dentro de la columna “Inventario juvenil” del columnista Alfredo Godínez, además de 5 poemas en el número 190 de Letralia. Fue tallereado, para aprender a hacer una reseña, por Pedro Ángel Palou, Ignacio Padilla y Jorge Volpi. Es miembro del movimiento cultural “La Fuga Literaria”, donde ha organizado eventos que han contado con la presencia de Sergio Pitol, Xavier Velasco, Luigi Amara, Pedro Ángel Palou, Cristina Rivera Garza, Mario Bellatin, Álvaro Enrigue, Vivian Abeshushan y Alí Calderón. Sus preferencias en literatura van enfocadas a lo fantástico, como la obra completa de J. R. R. Tolkien; los Libros de Terramar de Úrsula K. Le Guin, los cuentos de Borges, Allan Poe y H. P. Lovecraft. En cuanto a Novela Histórica está Eugenio Aguirre, Walter Scott y Fernando del Paso entre otros; para literatura medieval todas las gestas, las epopeyas, los libros de caballería y las sagas nórdicas. En cuanto a poesía, todo lo que llegue a sus manos.

Verónica Xochipiltécatl Hernández
18 de diciembre de 1985.
Egresada del Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP.
Narradora.
Entre los autores que ha leído están Thruman Capote, James Joyce, William Faulkner, Ernest Hemingway, Lewis Carroll, Roberto Bolaño, Paulina Movsichoff, Cristina Rivera Garza, Xavier Velasco, Alejandra Pizarnik, Carmen Boullosa, entre otros.
--
Alan Arroyo Aguilar
17 de mayo de 1988.
Narrador
Alumno del Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP.
Narrador.
Ha publicado “La metáfora científica” en la revista “ContactoS” (mayúscula inicial y final) de la Universidad Autónoma Metropolitana. Le gusta mucho el clasicismo griego y sus mitos, la ciencia ficción, Dan Simmons y Asimov. Naturalmente los escritores del boom latinoamericano, Cortázar y Borges principalmente. Y ya de otros autores mencionaría a Orhan Pamuk, José Saramago.
--
Alfredo Godínez Pérez
21 de febrero de 1985.
Alumno del Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP.
Poeta y narrador.
Actual columnista del diario “El Columnista” de Puebla (abril 2008) con “El Guardián del diván", que antes aparecía publicada en el suplemento Laberinto en su versión local para el Diario Milenio-El Portal de Veracruz " (febrero 2007-diciembre 2007), en el Diario Intolerancia de Puebla escribió la columna "La Fuga Re-inventada" (octubre 2007-abril 2008) e “Inventario Juvenil" (Enero 2005-Abril 2007) para el Diario Cambio de Puebla. Publicó "Italo Calvino en Pedro Ángel Palou" (La línea del cosmonauta, año 2, núm. 6). Ex-editor de la Revista "Periódica Literatura", páginas de divulgación literaria de la Casa del Escritor, con tres números en existencia. Fue coeditor de la Antología de Poesía y Narrativa "El Eco Hecho Carne" (Septiembre, 2003) de la Casa del Escritor Puebla. Es miembro del movimiento cultural “La Fuga Literaria”, donde ha organizado eventos que han contado con la presencia de Sergio Pitol, Xavier Velasco, Luigi Amara, Pedro Ángel Palou, Cristina Rivera Garza, Mario Bellatin, Álvaro Enrigue, Vivian Abeshushan y Alí Calderón. Ha sido alumno de Pedro Ángel Palou, Nacho Padilla, Jorge Volpi, Daniel Sada y Mempo Giardinelli.
--
Carmen Barranco Montoya
19 de mayo de 1987.
Alumna del Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP.
Narradora.
Lee con sumo placer la literatura hecha por Julio Cortázar e Inés Arredondo, y en general sus lectura son un tanto azarosas, aunque prefiere a los muertos (pero también uno que otro vivo). Entre los autores que ha leído están Rulfo, García Márquez, Borges, Kundera, Eco, Fuentes, Serna, Fadanelli, José Emilio Pacheco, Javier Marías, muchos autores dispersos, los obligatorios de la escuela y los good oldies, etc. Ha sido tallereada por Israel León O’Farril y por el poeta Juan Carlos Canales.

Un libro, uno

Ponte la del Puebla, un libro de Gabriel Wolfson que está a la venta en Profética, casa de la lectura, 3 sur 701, Centro, Puebla, Pue.

Invitación, una.

Tryno Maldonado estará presentando la antología de narradores Grandes Hits editada por Almadía en Profética, Casa de la lectura, 3 sur 701, Centro, Puebla, Pue. La cita es este viernes 19 de septiembre a las 19:00 horas. La entrada es libre. A Maldonado lo acompañaran Eduardo Montagner y Jaime Mesa.

Los nietos de Ulrich y Agathe

Diario Milenio-México (16/09/08)
---
Según Mario Perniola, el profesor de estética de la Universidad de Roma que publicó en 1991 Del sentir, apenas traducido al español este año por Pre-Textos, en la era estética en la que vivimos pocos se libran de ser los nietos de Ulrich y Agathe, los personajes del Hombre sin atributos, el célebre libro del austriaco Robert Musil. Ya sea como neoescépticos o como neocínicos, ya como contestatarios o como rendidores, todos albergan “el mismo desprecio por la moneda inerte, por una realidad unívoca, por un modo de ser propio y que se decide de una vez por todas”. Otra vez de acuerdo a Perniola, Musil atendió con presteza las lecciones de su maestro Ernst Mach, especialmente al reconocer que “las emociones y los afectos ya no pertenecen en ningún caso a una conciencia, a un yo, ni mucho menos a un sujeto: todas estas seudoentidades son tan inestables y provisionales como los cuerpos materiales”. Y así, explorando esa posibilidad, una posibilidad “enraizada en la experiencia de extrañeza con uno mismo, en un repetido no reconocerse y en la desaparición de la identidad personal” logró aproximarse a las maneras de sentir de una época en que el sentir se ha convertido, sobre todo, en lo ya sentido.
-
Ubicando el inicio de la era propiamente estética en la década de los sesenta, este experto en la Internacional Situacionista –tema sobre el cual también ha escrito un libro– argumenta que así como la política o economía dominaron, en tanto campos estratégicos, los siglos XVII y XVIII, “hoy nada es ajeno al sentir”. El sentir sobre el que Perniola discurre no es, por supuesto, el lacrimógeno o alucinado o exaltado eco que producen, en el interior del sujeto singular, los objetos, las personas o los sucesos. Al contrario, impersonal, anónimo y socializado, el sentir de la era estética desbarata la noción de la primera persona, arrasando también con ideas de la subjetividad heroica o romántica. “Para nosotros”, añade Perniola, “los objetos, las personas y los sucesos son algo ya sentido, que nos absorbe con una nota sensorial, emotiva y espiritual determinada de antemano”. Así, los nietos de Ulrich y Agathe no sienten tanto como re-sienten (y recuérdese que en español resentir es otra manera de decir flaquear o de referirse al enojo). Lejos de ser las almas bellas que se dejan atormentar por cualquier cosa mundana, los que sienten ahora cuentan ya con un repertorio de sensaciones y afectos ya sentidos que sólo tendrán que repetir o reproducir a conveniencia o placer. Nadie se enamora, ya lo decía yo, por primera vez. Nadie siente en directo. Acostumbrados a “formas de un sentir extrañado que no está allí para ser compartido ni imitado, sino subrayado, reproducido, copiado”, los nietos de Ulrich y Agathe ya no se preguntan quién siente, sino “quién administra y gestiona la circulación de lo ya sentido”.
-
Perniola no cree, sin embargo, que el predominio de lo ya sentido conduzca, por necesidad, a la merma del sentir o la proliferación exclusiva de sentires fríos. Haríamos mal en imaginar a los nietos de Ulrich y Agathe como seres forzosamente ligeros o indiferentes. Entre sus contemporáneos se cuentan, en efecto, a los neo-cínicos y a los rendidores expertos en los mundos de la tecnología y la informática, pero también merodean por ahí, y esto de manera bastante visible, los fundamentalistas de los 90s y los contestatarios que heredaron toda una tradición de oposición generada en prácticas y discursos de la década de los sesenta. Habrá que aceptar, además, que fuera de la asfixia del yo y libre de las ataduras fincadas en nociones fijas de identidad, la parentela musiliana está en la posibilidad de elegir como objeto de reflexión “qué es ser murciélago o piedra y, en términos más amplios, qué es el ser de otro ser, o lo que es lo mismo, qué es un sentir que prescinde del sentir en primera persona”. Alterada de raíz, la pregunta altera, es decir, saca de sí. Arroja. Libera.
-
Si la sensología —el neologismo que utiliza Perniola para emparentar a la socialización de lo ya sentido con el concepto de ideología— se ha erigido en un nuevo tipo de poder que impone un universo afectivo socializado, ¿quiere esto decir que, en efecto, ya no habrá nunca nada personal? El italiano, como pocos, parece optimista en este aspecto. Para salir de lo ya sentido no hay nada como hacerse sentir, es decir, en “ofrecerse para que algo pueda encontrar en nosotros una posibilidad de estar en el mundo. La experiencia de hacerse sentir equivale a un darse, a un entregarse para que a través de nosotros lo otro, lo diferente se vuelva realidad, suceso, historia”. De entre los dos sentires que contempla como alternativa potencial para el mundo sensológico contemporáneo—el cósmico y el teátrico—yo me quedo en definitiva con el segundo: “un ofrecerse con entusiasmo a ser poseídos por fuerzas cuya dinámica resulta enigmática y contradictoria, o, en cualquier caso, extraña a la tranquila identidad del sujeto individual”. Los nietos de Ulrich y Agathe podrán así experimentar, aunque sea por un momento, el prodigio de eso que, contra toda expectativa, irrumpe e ilumina el cielo de todos los días.

lunes, septiembre 15, 2008

Bájale al homenaje


Diario Milenio-México (15/09/08)
---
1 De oficiosas sepulturas
--
Por razones que deberían ser obvias, tanto los homenajes como sus socias, las conmemoraciones, se parecen frecuentemente a los sepelios. Escudados en las mejores intenciones, los resucitadores terminan enterrando justo aquello que pretendían revivir, no exactamente con el mayor talento, y a veces ni siquiera con un poco de instinto. Por eso la memoria de las cosas que un día valieron la pena, y muy probablemente aún la valen, tiembla con cada nuevo aniversario, que ya de por sí entraña una oportunidad para echarle unos puños de tierra encima. Diez, quince, veinte, veinticinco, treinta, cincuenta años: qué difícil dejar pasar ocasión semejante sin darse a homenajear al autor, los autores, la corriente, el inicio o la consagración de lo que sea. Más aún si se trata de instancias oficiales, cuya existencia y supervivencia se creen comprometidas con el sacro deber de rendir homenaje a todo cuanto les parezca homenajeable. Es decir, cualquier cosa. Basta una colección de almanaques de los últimos cincuenta años para contar con una fuente infinita de coronaciones póstumas, útiles más que nada para el lustre social y la buena conciencia de los oficiosos.
-
¿Cómo es posible, lloriquean los ávidos de sepelios, que pasen cincuenta años de tal evento y no se rinda el homenaje pertinente? Si el mundo homenajeara todo aquello que en teoría debe conmemorarse, difícilmente quedaría ya tiempo para hacer otra cosa que mirar al pasado y aplaudirle, con tal de que ya no se atreva a vivir. ¿O es que acaso a los deudos les complacería que intempestivamente el muerto saliera del cajón y animara el velorio con su regreso? ¿Quién que viera venir al querido cadáver le daría la mano emocionado, en lugar de correr despavorido y sospecharse no menos difunto? Hay un curioso pacto de hipocresía entre quienes se aplican a rendir homenaje oficial a quien un día ignoraron, menospreciaron o combatieron; no son, por cierto, escasas las ocasiones en que también hay prisa por despacharlo. Entre más adjetivos y encomios se hacen presentes en los discursos, mayor es el impulso por olvidar el tema y pasar a otra cosa. Dichosa la memoria de aquel que sobrevive a sus homenajes.
--
2 Menuda postrimería
-
2008 es el año en que varias instancias oficiales brasileñas celebran el primer medio siglo del bossa nova. Si a mí también me diera por homenajear, diría que he tenido la suerte de asistir a dos eventos asociados a esta conmemoración, pero sigo pensando que más que buena suerte ha sido mala pata. No en balde la canción de Zeca Baleiro habla de la saudade como una película en blanco y negro que el corazón quisiera ver colorida. Hará ya un par de meses que, no bien me enteré de una exposición conmemorativa por el cincuentenario del bossa, corrí literalmente al parque de Ibirapuera, en São Paulo, donde el Museu da Oca albergaba lo que creí un acervo suculento para quienes por razones geográficas y temporales no estuvimos allí, de manera que más que conmemorarlos, apenas procuramos enterarnos de buena parte de esos esplendores, con una ingenuidad quizás equivalente a la de aquellos tiempos.
-
Para un bossanovero voraz, cualquier vestigio de los años dorados resulta atesorable, pero la sed nacida de la nostalgia raramente se colma con recuerdos vagos. La exposición de marras contenía películas, portadas, canciones, recortes y toda suerte de memorabilia expuesta al público mediante alardes de tecnología fallida. Entre bocinas y mamparas omnipresentes, uno asistía a cada proyección o audición sin conseguir librarse del sonido proveniente de las otras, de forma que al final no quedaba en el coco sino un ancho pastiche de interferencias irritantes. ¿Debe uno suponer que quienes se encargaron de armar la muestra no asistieron a ésta ni siquiera para probar su eficacia? ¿Será que ya la pura ostentación del hi-tech les dejó satisfechos por el deber cumplido? Nada parece al cabo más primitivo que la alta tecnología cuando no funciona, y eso lo sabe cualquier usuario de computadoras personales a quien se le ha borrado el disco duro. Me recuerdo saliendo de la expo en Ibirapuera comido por la triste certidumbre de haber estado en una fiesta que inexplicablemente degeneró en sepelio. Ya puedo imaginar las sentidas palabras de los funcionarios encargados de darle sepultura al bossa nova…
--
3 Abajo el enterrador
-
Más patéticas aún que las conmemoraciones suelen ser ciertas obras conmemorativas, inspiradas no tanto por los originales como por el deber de homenajearlos. Es el caso de Os desafinados, una de esas películas pergeñadas con intenciones inmejorables y resultados que se antojan harto difíciles de empeorar. Producido por TV Globo, este homenaje fílmico cuenta la historia de cinco músicos cuyas vidas resumen, a los ojos estrábicos de sus creadores, los destinos de tantos otros cultivadores del que bien podría ser el ritmo más sabroso del que exista memoria. Me gustaría decir que esta triste película filmada por estricto compromiso es comparable a una telenovela, pero la mera estupidez del guión —saturado de elipsis intempestivas y situaciones gratuitas— impide compararla con nada que no sea una plena inmundicia. Sólo un providencial sentido del humor le permite a uno llegar hasta el final con alguna sonrisa entre los labios, de modo que termina uno congratulándose de que el bendito Antonio Carlos Brasileiro de Almeyda Jobim no alcanzara a vivir para hacer el berrinche consecuente. Antes de los idiotas se prefiere el desprecio que el homenaje.
-
Que yo sepa, no existe más sentido y provechoso culto al bossa nova que el acto de escucharlo, recrearlo y continuarlo. Hoy mismo son legión los músicos que extienden sus dominios y le rinden vivísimo tributo. Más allá de sus dignos descendientes naturales —Bebel Gilberto, Danilo Caymmi, María Rita— y la presencia casi fantasmal del sumo sacerdote Joao Gilberto, menudean los músicos jóvenes que cultivan el bossa con vigor envidiable y renovador. Solamente el catálogo de marcas como Grama y Biscoito Fino agrupa tal catálogo de tentaciones en clave bossa que cualquier homenaje sale sobrando. No se entierra a los vivos sin riesgo de uno mismo terminar sepultado por las arenas movedizas del ridículo.

domingo, septiembre 14, 2008

Breves notas dominicales, después de ser casi asesinado por un boiler

Escribir en antesalas al día pre-patrio y al mero día patrio (porque esta columna la empiezo a escribir desde el domingo) es extraño, de no ser por el regreso del fútbol, después de quince días y por los veinticuatro ejecutados en Ocyoacac, Edo. de México –aunque parece ser algo normal-, todo transcurre en densa calma.
-
Un puente larguísimo y ansiado para los que estamos estudiando. De repente saber que uno se encuentra corriendo los últimos doscientos metros en la licenciatura, torna todo más pesado y desesperante. La sesión de estar vislumbrando, ya, la meta es una tortura extraña. Alegría y desesperación se juntan. Aunado a los seminarios de profundización, donde uno realmente sí aprende, pues en las materias de nivel básico, a veces, la calidad y dedicación tanto de maestros como de alumnos es deplorable.
-
Este breve descanso, que para los del Collhi inició el viernes, lo pensaba aprovechar para ponerme al corriente con mis lecturas de Sherlock Holmes, así como de los libros que pienso reseñar en esta columna: Cuauhtémoc. La defensa del quinto sol de Pedro Ángel Palou y La novela según los novelistas de Cristina Rivera Garza, pero el pasado viernes al intentar prender el boiler de mi casa, me explotó levemente provocándome una quemada leve en la mano derecha y que las cejas, pestañas y bigotes se medio quemaran. Asunto que inmovilizó mi mano por un par de días, pues al ponerme la pomada para remediar la quemadura, no tenía otra opción que tenerla recostada, sin hacer nada, pues todo lo que tocaba con la derecha -mano principal para mí-, lo manchaba y dejaba como pegajosito. Algunas cosas las llegaba a hacer con la izquierda, pero era incomodo, extraño.
-
Cuando estuvieron por esta ciudad de Puebla Cristina Rivera Garza y Álvaro Enrigue comentábamos que en estos tiempos salir sin el celular era como estar sin el brazo que más llegamos a ocupar, ya derecho ya izquierdo, y que estar sin internet es casi similar a la incomunicación. Pero, ahora que tengo semi-inutilizada la mano derecha debido a la quemadura, reviro, para decir que no tener celular no es para nada similar a no usar un día o dos la mano derecha por unos ratos, uno se llega a sentir inútil, estorbo o bulto. Cuando uno está “incomunicado”, al menos la vida puede seguir de una u otra forma.
-
En la semana que se fue, interrumpí la lectura de novela de Palou, para avanzar con Sherlock Holmes, deje a la mitad el primer libro Estudio en escarlata, el cual ya hubiera terminado de no haber sido por lo que renglones arriba relaté. Debo decir que el libro es bueno, su estilo es curioso, interesante, aunque efectivamente hay lapsos de la novela se van tornando pesados, debido a la descripciones excesivamente detalladas. Aunque es un problema que me encuentro muy seguido con obras que no son escritas recientemente. Digamos de Faulkner, Capote, Nabokov en adelante. Pero eso, no le quita la calidad. Cuando uno está acostumbrado a las narraciones agiles que van directo al grano, se dejan de tanta descripción y crean imágenes narrativas muy portentosas que si no las entendiste tienes que regresarte al principio, para no perder el hilo de la novela; cuando te topas con novelas que a veces te otorgan al privilegio de saltarte descripciones, sin necesariamente perder el sentido de la novela, el conflicto literario, suele ser muy fuerte.
-
Al parecer hoy será mi último día con la pomada para aliviar el daño sufrido por la quemadura. Antes de dormir, me lavaré, esperando ahora sí tener ganas y tiempo para poder leer, aunque sea, 10 páginas de Holmes o de Palou.
-
El viernes pasado en el canal 22 dentro de un programa llamado Página Cero y que conduce Javier Aranda Luna, entrevistaron a Sergio Pitol, el verlo, ahí, hablando, me alegro la noche que ya se estaba tornando pesada debido a que llevaba toda el transcurso de ese viernes por la tarde y toda la noche con la mano cubierta de pomada. Aunque mucho de lo ahí contado, ya lo había escuchado de viva voz, cuando tuve la oportunidad de compartir con él, el pan y la sal, el año pasado, siempre es un deleite escucharlo hablar. Espero poderlo ver pronto. Es un personaje del que es imposible no encariñarse.

Carmen y yo en dibujos (alimentando el lado fantástico y narcisista)

La imagen que muestro, como se ve, es de un lobo, el cual según Carmen, mi amada, linda, hermosa y adorada novia, le hace recordarme.
-
El dibujo pertenece a un ilustrador de nombre Boris Vallejo.
-
-
Y la que sigue, es ella, también del mismo autor. El personaje es Lilith.
-

“Ícaro de Sergio Pitol”-(Columna "El Guardián del diván"-Diario “El Columnista” de Puebla- 10/09/08)

Hace no mucho, tres años para precisar, salió al mundo la editorial Almadía, originaria de Oaxaca, que busca apostar por nuevos autores y propuestas literarias; se interesan en los géneros de poesía, cuento, ensayo, novela y cuento infantil, además de recuperar libros valiosos y traducir las mejores voces de otras culturas. Aunado a esta búsqueda están sus costos relativamente bajos y el arte que consigo trae cada libro: una cubierta como de cartón, la cual trae adherido y para desprenderse un separador alusivo al libro adquirido. Todo lo anterior con el fin de crear nuevos lectores.
-
Es bajo este sello y dentro de la colección Mar abierto, narrativa contemporánea, que el año pasado se publicó “Ícaro” de Sergio Pitol. Un libro más que se anexa al inmenso mar de obras que tienen la firma de este autor maravilloso. El arte de éste estuvo a cargo de Francisco Toledo.
-
“Ícaro” es una antología hermosa en la cual el lector verá textos que han aparecido en anteriores obras de Pitol. “El oscuro hermano gemelo”, “Chéjov, nuestro contemporáneo”, “Vindicación de la hipnosis”, son textos que aparecen originalmente en “El arte de la fuga”; “Los papeles de Aspern” y “Conrad, Marlow, Kurtz” se encuentran en “Adicción a los ingleses”; otros textos que acompañan a esta antología son: “La pantera”, “Nocturno de Bujara”, “De reconciliaciones”, “De cómo escribí mis primeras novelas”, “Cementerio de Tordos”, “De cuando Enrique conquistó Asjabad y cómo la perdió” e “Ícaro”. Textos que fueron acomodados por Pitol de una manera plausible, como caracteriza a toda la obra de Pitol.
-
Ícaro es hijo del arquitecto Dédalo, constructor del laberinto de Creta, y de una esclava. Fue encarcelado junto a él en una torre de Creta por el rey de la isla, Minos. El mito griego de Ícaro aborda temas como las relaciones padre-hijo y el deseo del hombre de ir siempre más lejos, aún a riesgo de tener que encontrarse cara a cara con su condición de simple ser humano. Tal vez sea por eso, que Sergio Pitol titula así a su nueva antología, que incluye relato, cuento, memoria y ensayo, pues va llevando al lector por un viaje a través del cual conocerá las experiencias literarias que dicho novelista tiene con la literatura rusa y la inglesa; se divertirá con sus experiencias al lado de Vila-Matas o Vlamata; entenderá acerca del proceso de escribir y de leer. Como bien dice la contraportada al libro: En esta antología se encuentra el mapa de una forma literaria, un viaje iniciático a la gran literatura. Pitol como acostumbra en sus textos, lleva al que se tope con sus libros de la realidad a la ficción en un santiamén. Es un mapa que ayudará más a los teóricos, críticos y lectores de Pitol para comprenderlo y entenderlo.
-
Al leer esta nueva antología de Pitol, caro lector, podrá comprender el arduo trabajo y el gran arte que implica leer y escribir. Sin duda, es un libro que debe tener en sus manos.
-
Aquí un fragmento que aparece en “De cómo escribí mis primeras novelas”: "Cuando escribo algo referente a mi autobiografía -crónicas de viajes, ciertos acontecimientos en que por propia voluntad o puro azar fui testigo, presencias de amigos, maestros, escritores o artistas a quienes he conocido, y, sobre todo, las frecuentes incursiones en el imprevisible magma de la infancia-, sospecho que el ángulo de visión nunca ha sido adecuado, que el entorno es anormal, a veces por una merma de realidad, otras por un peso abrumador de detalles".