domingo, agosto 31, 2008

Breves notas personales

La escritura sigue durmiendo el sueño de los justos, esperando que la experiencia que me otorgará mi vida, me dé la visión o un recuerdo para tomarlo y sobre éste empezar a ficcionalizar, según Pitol en El oscuro hermano gemelo. Y hace mucho que no blogueo de manera correcta. Las actividades me han absorbido demasiado.
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Como muchos se habrán dado cuenta, en días pasados, estuvieron en Puebla Cristina Rivera Garza y Álvaro Enrigue. Oírlos hablar acerca de su proceso de escritura y luego sobre sus novelas más recientes fue todo un deleite. Convivir con ellos fue igual de rico que beberse una nieve de limón nadando en una coca-cola.
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Estos días han traído cambios. El blog no lo sabe, porque no he podido escribirlo, pero tengo 4 meses y un cachito de tener novia; eso le ha dado un rumbo a mi vida inexplicable. De repente todo se torna de un color alegre, atrás quedó el sepia que iluminaba mi cotidiana vida.
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Israel partió rumbo a la sierra poblana, a cinco horas de Zacatlán, para impartir clases, un interinato. La fuga cada vez se vuelve más fugaz, que no extinta, más bien, se esparce.
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Académicamente estoy entrando en los últimos 100 metros de la carrera. Los seminarios que he escogido son llamativos, sumamente literarios, con Raquel Gutiérrez Estupiñan leeremos unas escritoras argentinas descocidas para mí: Paulina Movsichoff y María Rosa Lojo, mientras que con Prada Oropeza el asunto de analizar las novelas policiacas, detectivescas –o como él dice, de detección- será algo entretenido y con Gambetta pues lo interesante son las diatribas y vacilaciones que se presentan a la hora de confrontar el discurso historiográfico con la narrativa y la Historia.
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Mientras me peleo con la universidad y sus tareas leo el más reciente libro de Pitol, con la admiración natural que un niño pueda tener cuando empieza a descubrir el mundo, Ícaro se llama y fue editado por Almadía, a la cual le prometí reseñarlo en mi columna. Espero en esta semana poder terminarlo para así cumplir con mi palabra. En espera inmediata para leer está el libro de cuentos: Ningún reloj cuenta esto de la tremenda Rivera Garza, al libro de Pitol le antecedió Vidas perpendiculares de Enrigue, un libro que me ha dejado anonadado con su limpia y espectacular construcción narrativa, un bello monstruo narrativo.
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Como disciplina, intentaré, al menos cada viernes y sábado, estar subiendo un texto ya narrativo, poético o personal. Por lo pronto parto a seguir deleitando la pupila con cada una de las frases que Pitol hilvana de manera extraordinaria.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mmm interesante comentarios, lo vez, te lo dije jajajajja todo torna diferente cuando hay alguien lindo lindo ya vez hasta me paraecio amena tu escrito joyp!!!; en fin saludos, espero ke te este llendo super, y nuevamente disculpas por no ir a lo de la Sra. Garza es que aun seguia depre con lo de mi abuelito.

Salud fuerza y mucha belleza en vuestros escritos, hermanito

Tania F. Papaqui