viernes, julio 04, 2008

Presentación de una novela

Ahí están dos seres, sentados, esperando buscar la respuesta a su pregunta: ¿qué hago aquí?, mejor dicho: ¿qué hacemos aquí? Uno de ellos, digamos el que representa la masculinidad en esta pareja tan dispareja, juega en sus manos con una cámara fotográfica, que irá a retratar lo que acontezca. Mientras, la parte femenina ve el reloj insistentemente, casi cada minuto, la impuntualidad de los demás le choca, pero no le incomoda en ella, en su cabeza pasan muchas cosas, pero la que más le taladra tiene que ver con las ganas de no estar ahí, rodeada de tanta gente.
Por fin, dice ella, son las 5:14 pm. Quince minutos de retraso, qué falta de respeto. Él sólo atina en apuntar la hora en un cuaderno de hojas, recuerda que debe y tiene que reseñar la presentación para pasar una materia impartida por uno de los presentadores de la novela en cuestión que dicen habla de muerte, mujeres y música.
La libreta destinada a servir de apunte de ideas para la reseña se vuelve en un recadero-reseñistico, debido a que él espera encontrar algo que escribir, ella, ante la incapacidad de éste y la necesidad de llenar hojas en blanco, escriben.

Él: 5:14 pm, empezó la presentación y ACF tiene la palabra.
Ella: tú no escribes, pero yo sí…Por alguna extraña razón me siento más cómoda manchando tus hojas…Alí terminó de hablar…siempre habla de los signos…es un poco como en clase…pobrecito.
Él: quizá le falta espontaneidad, no sé.
Aplausos, termina un ponente, sigue otro.
Él: 10 minutos después empieza ISP mi amigo, él siempre sabe qué decir y cómo lo va a hacer.
Luego, silencio del auditorio para poder escuchar a ISP. Viene de lejos dice la biografía leída, crítico, poeta, investigador, antologador, etc. De esos no hay acá, piensa él. Si no fuera gordito y chistosito le robaría un beso, ella hacía sus adentros.
Él: breve, conciso, sin papel en mano. Todo de memoria. Seguridad, sí, se nota la escuela amistosa de la que proviene.
Ella: simplemente experiencia, mi amor, experiencia.
Ella: ahora ISP hablan tanto como investigador que prefiero evadirme, esconderme, sí ocultarme, y aunque hablará de otra forma, soy adicta al escape, al s i l e n c i o, shhhhhhh.
Él: habla de universalidad, de la importancia de esta novela en México, luego habla de un cuentario. Hace un mapeo, lo coloca al lado de Lemus, Maldonado y dice, asegura que es mejor que Mendoza. Novela refinada, con registros prosísticos altos, novela polifónica. Gran potencialidad de estilos. Novela que rompe con los axiomas, mantiene la violencia, el erotismo y demás requisitos de las novelas policíacas y/o detectivescas, pero sin ser repetitivo, repetitivo, repetitivo, en sus registros. Tiene su propia personalidad, no tiene una genealogía conocida, no es Pitol, ni Rulfo, se deshace de sus fantasmas y no está sujeta a nada y por ellos logra una nueva escritura.

Ella le rebata a él la libreta, le corta la inspiración y el movimiento hace que la pluma caiga y apunte hacía él, mal presagio, piensa, dicen que cuando la pluma inconscientemente al ser colocada o al caer apunta hacía uno, es que uno está en desacuerdo y en desconfianza con lo que uno ha escrito. Y al mismo tiempo termina el presentador y sigue el escritor de la novela.

Ella: ver tu pantorrilla a través de tu pantalón, por ese agujero tan poco glamoroso, siempre tú así, tan sin glamur, pero aún así, me encanta…, es tan poético. Luego, pienso en acariciarte y no escucho a ACF (esto seguro no te agrada…je…es broma, pero lo que sí es cierto, es que tú eres poeta y el poeta premiado)…después, se me ocurre que debo morderte, lentamente, luego, hacerte porquerías, pero serían armoniosas, rítmicas, artísticas, porque al fondo se escucha música “clásica”, Stravinski por si preguntas, su violencia musical me agrada, perfecto para una tarde fría y lluviosa como esta. Necesitamos una guarida…All you need is fuck, a perdón, me equivoqué es “La Consagración de la primavera”, sabes tiene un ritual, aparte es ballet y tiene su historia, está basado en antiguas prácticas…
Él: sí, ya sé, dicen que antes le pedían a una bella y joven dama que bailará hasta que literalmente se muriera.
Ella: sabes, es bueno encontrar a otro loco amante de la música y que aparte escribe…chévere…al menos alguien sí supo que prefería más la escritura que la música. Yo no sé nada, pero él autor sí, está hablando del escándalo del estreno de la obra de Stravinski, en fin, este autor me agrada…sobre todo su preocupación por el mundo, la economía, etc.
Él: novela que nace de su amor por la música, pero, al mismo tiempo, es una protesta por los efectos económicos de 1994 en México, luego por los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez. Después, el autor, se anima a decir que Joyce no renovó en lenguaje como dicen en las academias literarias, más bien lo tienen de forma innata los agentes del ministerio público y sus redactores.
Ella: si, me agrada, está leyendo un acta….una declaración…hasta mencionó a una güerita contrabajista. Tiene un talento especial para leer eso, ¿cuántas declaraciones habrá leído?, sí, definitivamente, este escritor me gusta…sólo le quitaría la facha de ñoño, nerd, ¡eaaaa!, arriba los ñoños, ¡oh sí, mmmmmmm, qué rico, arriba los ñoños!
¡Ups! Me equivoqué de idea, quise decir: ¡los ñoños al poder!

Se hace el silencio, las novelas ahora en manos de los lectores que leerán la novela para chaquetearse mientras releen la escena donde habla de cómo uno de los personajes le meta la verga de manera constante a una de las protagonistas. Entonces piensa él, que quizá la novela deba leerse un 21 de marzo bailando con la verga de fuera y la mano en ella, en algún centro prehispánico ceremonial teniendo en los audífonos del discman a Stravinski, quizá así pueda consagrarla para que al momento que tenga una mujer enfrente pueda presumirle que tendrán una cogida consagrada por los dioses prehispánicos.
Ella: tu final, querido, ha sido un poco como si durante todo este tiempo haya estado acariciándote la entrepierna, mientras escribíamos tontadas, mientras escuchábamos distraídos fingiendo poner atención... sí, acariciándote hasta que no resististe más y tuvimos que escapar a algún rincón oscuro de esta casa-asilo-que-siempre-me -ha-parecido-tan-pequeña...
al final, recuerda, soy adicta a los escapes...

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