sábado, febrero 23, 2008

23

(Tomando prestada una costumbre que suele tener Pedro Ángel Palou, este poema o intento de ello, como conmemoración de mi cumpelaños 23).

1
Estar parado en un abismo inmerso
de soledad y recuerdos
que carcomen el presente
y no saber a dónde ir
ni cómo hacerlo.
-
Y no hay Virgilio que puedan guiarme
pero el camino correcto es aquél
dicen
pero nunca explican cómo se llega
ni para qué hacerlo
al cabo llego con satisfacción
para después llorar como un niño
al que le han pegado y no sabe por qué.
-
Hace tiempo que perdí el sentido
del tiempo, de la vida.
Ayer me desperté llorando
y hoy amanecí caminando de la mano
de Salud, su cuerpo apestaba
a un mundo desconocido,
y sin embargo, era cálida como la última vez
que me abrazó.
-
Aprender a perder y a sufrir
parece ser el regalo divino.
Vivir de fracasos y de efímeras alegrías
se vuelve el pan de cada día.
Perdonar a los que nos ofenden,
pide la oración,
y a quién se le reclama cuándo uno es abandonado,
cuándo le guardan sus juguetes y le exigen madurar.
-
Es fácil pedir y exigir perdón al otro,
pero nadie quiere otorgarlo
porque el orgullo corroe
y nadie quiere saberse derrotado,
se pierde el gusto y regocijo
de saber que el antagónico fracaso.
--
2
Y la nostalgia
de la infancia y los paseos por ese museo
al lado de ese primo que de repente fue
el hermano mayor que te faltó,
de ese padre que solía acompañarte
buscando conocerte y sin embargo,
siempre hubo una barrera que lo impidió,
de esos amigos que estaban ahí
cuando el mar inundaba mi vida;
me asalta cada noche
para impedir que me olvide.
--
3
Y descubrir la escritura como un mundo alterno
un desahogo
de aquello que nadie alcanzará a entender.
-
Saberse derrotado por esos miedos infantiles.
Las alturas son malas, el aire me puede empujar
de un incontable número de pisos
y entonces caeré al vacío,
cada piso es un fracaso,
sin oportunidad para defenderme,
o quizá una serpiente pueda irse enredado poco a poco
por mi cuerpo
e hipnotizarme con cada uno de mis fracasos
y luego abandonar mi persona que caminará
como zombi por la vida,
tal vez aparezca una mujer que jure amarme
para después partir
dejando a mi corazón cubierto de mierda.
--
4
Mejor abandonarse
y manejar en el carro de lo absurdo
por la carretera de la deriva
a mil por hora
lo más lejano del país del recuerdo
y la ciudad de la nostalgia.
Después cambiar, en algún poblado ,
de identidad
-
-
y comenzar de nuevo.

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