jueves, diciembre 06, 2007

¡AL CARAJO!

Bajo el Sol (Diario E-consulta Puebla-06/12/07)
Por Roberto Martínez Garcilazo
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Para Johnny be good
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De repente Uno abre los ojos en su cama y siente una extraña y caliente energía animar su cuerpo que súbitamente se torna ligero y fuerte:
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Y entonces Uno decide mandar todo al carajo.
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- ¡Al carajo! Dice a su sí mismo. ¡Hoy no voy a trabajar, pase lo que pase, hoy no trabajo y tampoco me baño! Y de un salto Uno ya está en vaqueros y playera dentro del coche agarrando camino en busca de la salida de la ciudad que más cerca le queda para la huída.
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Toma el bulevar 5 de mayo hasta San José, dobla a la derecha, le mete tercera y en un tris ya está en Los Fuertes.
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Mete la cuarta, pasa la horrorosa fuente de Ignacio Zaragoza y enfila hacia la salida a Tehuacán.
Piensa llegar a San Salvador El Seco y de ahí tomar a la laguna de Atezcá, rumbo a Perote.
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Recuerda a Johnny be good.
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Su amigo, aquel a quien su madre le decía con el índice admonitorio cual katana: Pórtate bien ya no andes de parranda con tus cuates buenos para nada, que eso del teatro no te va a dejar nada bueno...
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Decía la mamá de JBG y tuvo razón, nada bueno le dejó, si acaso la memoria de la interminable temporada de ensayos de El Rastro, de Elena Garro, en los que Adrián Barajas, el héroe que era –es- JBG, tambaleándose de borracho y encantado por la nostalgia de una tierra y un tiempo que todavía no existen, le dice a su amada Delfina que él, Adrián be good, sólo quiere cantar con sus amigos y mecerse de alegría en la rama más alto del pino del atrio de la iglesia de La Gloria, el pueblo de JBG, que también es el de Adrían Barajas y el de la Garro, que nunca imaginó que un pueblo polvoriento pudiera llamarse así.
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¡Échenle una mano a Juan Barajas! Recuerda que decía su amigo y mete el acelerador y ya le urge a Uno llegar a la laguna de Atescá donde recuerda que Juan the good le dijo hace años que debajo de la fría superficie vivía una criatura semejante a la del lago Ness:
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- ¡Un dinosaurio en la laguna! ¡No mames Juanito!
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- ¡Que sí, lo digo porque lo vi. Yo vine a nadar, y me eché al agua y llegué hasta el centro inmóvil de la laguna y ahí me quedé flotando de a muertito cuando de pronto frente a mi emergió la cabeza de la criatura, una cabeza parecida a la de un dragón, si, un dragón de agua, yo lo vi, él me vio, cerró los ojos y de nuevo se sumergió!
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La luz del día emborrona de violeta las nubes y Uno recuerda otra madrugada en la que corría por la pista que conduce a Atlixco y maravillado miraba el azul eléctrico del cielo ir mudando lentamente de matiz, una mudanza indescriptible por lo fino y contundente del cambio que ante sus ojos, ante el auto que iba como un tiro a 190 kilómetros por hora, ocurría en el silencio sagrado que nimba los milagros.
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¡Todo al carajo! Dice sonriendo

El fin del Café Aguirre



Diario Milenio-Puebla (06/12/07)
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Lo que paulatinamente había venido sucediendo en un café tradicional –de una ciudad de tradición como Puebla– parece que ha llegado a una fase casi terminal. El café Aguirre de la 5 de Mayo (entre la Avenida Reforma y la 2 Oriente/Poniente) está en el abandono y quizá (en un corto plazo) cierre para siempre sus puertas al público. A principios de los noventa, un ingeniero lo remodeló para empeorarlo. Me acuerdo, por ejemplo, de un absurdo que no escapó a la vista de quienes lo frecuentábamos a diario. No sé cómo se les ocurrió simular unos ventanales y sus rejas ubicadas a la orilla de las mesas. Pero eso no es todo: metieron al fondo una televisión cuyo monitor lo cubría una planta de plástico.
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El "Aguirre" debió haberse inaugurado en los cincuenta o un poco antes porque, según lo he investigado, la primera remodelación la realizó en los sesenta el arquitecto Everardo Morales Pardo. Ése es el café que yo conocí en 1977, el que tenía una barra y un biombo que un poco protegía del frío durante el invierno. Lugar que frecuentaban los periodistas, escritores y políticos de Puebla, lugar de enorme tradición, ahora ha dividido el espacio para rentarlo –me han dicho– a la empresa de Telcel. Si ya sus propietarios habían terminado con la tradición de los chilaquiles y los tacos Petri, ahora (no le doy mucho tiempo) están por terminar con todo. En algunos países de Europa, sus habitantes tratan de conservar sus sitios tradicionales. Lástima que no hay alguien que se dedique en México a esa tarea. La preservación de las ciudades y sus espacios es la preservación de sus habitantes mismos. Antes, también lo recuerdo, la gente esperaba a que se desocupara alguna mesa porque el café tenía una clientela importante que era atendida por las amables Delfina (que en paz descanse) Bety, Cristina, Agustina o Lucía. Pronto, luego de la horrible remodelación de los noventa, el Aguirre no volvió a ser lo mismo. Se fue quedando solo poco a poco, dejaron de asistir los clubes de jugadores de dominó y los periodistas que gustaban de una orden de tamales, de los tacos Petri o del buen café que sólo ahí se ofrecían. Se terminó entonces ya una tradición de muchos años.
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En una de las carpetas que ponen ahí con los cubiertos, yo dejé un mensaje como este: “señor (me dirigía por supuesto al señor Vicente Aguirre): se ha cerrado una página de la historia de Puebla. Un café tradicional ha dejado de serlo para que crezca una empresa de telefonía celular. Es una lástima”.
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Y no dudo que la señorita que me atendió haya tomado la carpeta y, sin ver una sola línea, la haya tirado a la basura. Es una verdadera lástima. Ni modo, qué se le va a hacer cuando no se supo administrar un café como el "Aguirre". Lo que queda del "Aguirre" está en el descuido total. Pronto nada existirá: “no me preguntes cómo pasa el tiempo” como el título del poemario de José Emilio Pacheco.

RENÉ AVILÉS FABILA Y LAS MAFIAS LITERARIAS

Bajo el Sol (e-consulta puebla 06/12/07)
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De Fuentes a Monsiváis y Poniatovska o las varias caras de Ruperto Berriozábal
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Por Roberto Martínez Garcilazo

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Invitado por la academia de literatura de la preparatoria Emiliano Zapata, estuvo en Puebla el pasado viernes 23 de noviembre, el escritor mexicano René Avilés Fabila. En la biblioteca Germán List de la preparatoria Zapata develó una placa en su honor y en el salón Barroco del Carolino dictó una conferencia sobre literatura mexicana ante un público formado por jóvenes estudiantes universitarios.
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Durante la conferencia, después de recorrer gran parte de la historia de la literatura mexicana de la segunda mitad del siglo XX, recapituló y abordó el tema del cuarenta aniversario de la primera edición de su primera novela, Los Juegos.
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Dijo que hace cuatro décadas, en 1967, denunció y satirizó la existencia de una poderosa capilla literaria dirigida por Carlos Fuentes, en la novela se llama Ruperto Berriozabal, y que ahora en el 2007, tal si fuera una variación del Dinosaurio de Monterroso, ese grupo omnímodo sigue imperando pero con distinto jefes. Ahora son Monsiváis y Poniatovska.
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En ese momento de su exposición RAF dijo que, ante la negativa de distintos periódicos y revistas para publicar su articulo Pesadilla de una noche de otoño, o para documentar la biografía de Carlos Monsiváis, decidió hacerlo del conocimiento general por medio de su diario electrónico: http://recordanzas.blogspot.com Acto seguido narró los primeros párrafos del artículo. Yo, ahora, opto por reproducirlos textualmente:
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Hace exactamente cuarenta años, en 1967, escribí y publiqué mi primera novela, Los juegos. Qué escándalo. La historia ha sido repetida una y otra vez y yo he procurado esparcirla con audacia y cierto cinismo. En ella, una obra contracultural, critiqué a un grupo destacado de intelectuales, quienes se llamaban a sí mismos La Mafia, y aunque eran una suerte de broma pesada contra México, tenían un poder que ofendía el desarrollo armónico de la cultura nacional. Es curioso, y quizá Vicente Leñero me lo advirtió, las cosas no han cambiado un ápice. A lo sumo uno o dos de los mafiosos de aquella época (razones naturales) se han muerto de vejez o de inanición literaria. Es decir, nada ha cambiado desde entonces a pesar de que el PRI perdió el control del país, los medios de comunicación lograron hacerse más o menos independientes y los periodistas formados en aquella época oscurantista y represiva pasaron de sumisos a "independientes y rebeldes", algunos hasta progresistas son hoy. A los intelectuales les sucedió algo semejante y se convirtieron en héroes de una izquierda ilusoria aplaudida por una sociedad en pañales. En esa "mafia" destacaba un hombre un poco mayor que yo, que ya era famoso por haber sido un niño particularmente arrogante, catedrático y dueño de una memoria sin duda prodigiosa. Era Carlos Monsiváis, heredero de las glorias de todo grupo o persona que aspirara a ser dueña de México o al menos a tener la razón por encima de todo. Con mi generación, que a pesar de la escasa diferencia de los años, tres o cuatro, no se entendió. Nos miraba con desdén y nosotros nos negamos a recibir sus consejos o directrices. José Agustín le hizo las primeras bromas hirientes no exentas de ingenuidad: "¿Monsiváis a dónde vais? Ni lo sabéis ni lo buscáis" ...
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Hasta aquí la cita. El artículo tiene una extensión de 13 páginas a renglón seguido. En una primera lectura pude contar 58 alusiones descriptivas de Carlos Monsiváis. Por las páginas de esta pieza literaria pasa la Generación de la Onda, Tlatelolco 68, José Revueltas, Octavio Paz, Elena Garro, Carlos Fuentes, Elena Poniatovska, Consuelo Zaizar, López Obrador, Julio Scherer, Carlos Hank González y Gastón García Cantú, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari Gabriel García Márquez entre muchos más.
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René Avilés Fabila es un iconoclasta. Pero también es un moralista que critica la vida social y cultural de México. Es un destructor de los iconos de la hipocresía política y literaria, un denunciador despiadado de los vicios públicos de los personajes del carnaval mexicano.
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Termino citando el último párrafo de la Pesadilla de una noche de otoño e invitándote a leer en el blog de RAF el artículo en su integra, hilarante, implacable lucidez y extensión :
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¿Qué hubiera sido de Carlos Monsiváis si en lugar de nacer en el convulsionado Defe lo hubiera hecho en Suiza, donde no hay miseria ni terremotos, ni la policía mata estudiantes, un país sin caudillos, democrático, donde como bien dijo Orson Wells, en trescientos años de tranquilidad sólo han inventado el reloj cucú, sitio hermoso con lagos y ríos potables que Borges seleccionó para morir porque en su infancia la ausencia de ruido le permitió concentrarse en la lectura, país en el que no hay tragedias y entonces los periodistas se aburren contando calles limpias y tranquilas, sin policías ni ambulantes, lejos de un sistema idiota de partidos como el nuestro?
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Sería el caudillo del silencio, sin temas dramáticos sobre los cuales escribir y deambularía buscando alguna notoriedad por bancos en los que millonarios ladrones de todo el orbe esconden sus fortunas y con una profunda "tristeza reaccionaria" por no ser un mexicano que vive y disfruta sus tragedias nacionales.

miércoles, diciembre 05, 2007

El público le dio el avión a Xavier Velasco

El autor presenta hoy su más reciente libro
Xavier le da una mirada a Velasco

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Xavier Velasco tenía seis años y era un remolino en el salón de clases. Entonces, vino la sentencia de la miss: “Solamente las niñas cantan”.
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Y la afirmación vino acompañada de una advertencia: el próximo al que viera cantando se ganaría un moño de niña en la cabeza. “Como tantas y tantas veces me pasaría después en días de escuela, el próximo fui yo”, consigna el escritor en su libro Éste que ves, volumen publicado este año y que ofrece una mirada a la infancia del también autor de Diablo guardián, que asistirá a la Feria Internacional del Libro para presentar el libro en Guadalajara
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La presentación del volumen, publicado por Alfaguara, va incluso en contra de las costumbres de Velasco. “No pienso tanto en cómo le ha ido al libro. Éste que ves ya está publicado, está en las librerías. Lo que me preocupa, lo que realmente me desvela, es el libro que estoy haciendo. Uno hace un esfuerzo para dar marcha atrás y presentar un libro que escribió hace tiempo, pero ese libro ya acabó, ese desafío ya está terminado”.
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Sin embargo, el autor de Materialismo histérico acudirá a Expo Guadalajara para charlar con el público sobre el libro, que ha definido como “la historia más íntima que he escrito”.
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Éste que ves recopila una serie de anécdotas de la infancia de Xavier Velasco, contadas a partir del retrato que sirve como ilustración para la portada del libro, y que cubren toda la etapa de la primaria, en la que vive atormentado por la amenaza constante de ir a parar a un hospicio y, después, al infierno, así como parte de la adolescencia, cuando comienza su gusto por escribir historias.
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Así, quienes acudan a la presentación del volumen se toparán de frente con un escritor que sigue marcado por esas experiencias. “En el libro cuento que a los seis años dejé de escuchar música porque una maestra nos dijo que era cosa de niñas. Entonces la escuchaba en privado y con un gran remordimiento. Durante cuatro años fue una religión secreta y vergonzosa, por eso hasta la fecha la disfruto tanto como otros disfrutan hacer herejías. Javier Marías dice que no escucha música cuando escribe porque le rompe el ritmo, pero a mí me gusta escribir con la música prendida y a todo volumen”, cuenta Velasco.
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“A un niño se le puede describir según sus miedos o sus entusiasmos. Enlistemos por separado sus monstruos y sus héroes y obtendremos dos caras de un mismo retrato”, escribe Xavier Velasco en las primeras páginas del libro. Hoy, el autor presentará a ese niño y, también, al escritor que asegura que la literatura “es una fechoría, un malandraje, y por eso me gusta mucho hablar de ella. Odio a esos gaznápiros que hablan de la literatura como un deber, como algo que ‘se tiene que hacer’. Claro que no se tiene que hacer. Es un placer”.
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Este que ves
Sábado 24 17:00 horas, salón 1
Édgar Velasco

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Xavier Velasco llegó, ayer, a la Feria Internacional del Libro. Vino para hablar sobre su más reciente libro, Éste que ves. Y se topó con un público que, a partir de la segunda mitad de la charla, se dedicó a darle el avión. No, no era un público maleducado: previo a la llegada del escritor, se repartieron entre los asistentes volantes con la portada del volumen para que, usándolos como avioncitos de papel, cada quien hiciera llegar sus dudas al escritor. De este modo, la charla fue divertida tanto para Velasco como para sus seguidores.
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Minutos antes de la llegada del escritor, el salón ya estaba lleno. “¡Hola, Xavier!”, fue el grito que anunció que Velasco había ingresado al recinto, vestido como un buen Charly Brown. A partir de entonces, la charla dirigida por el escritor fue un ir y venir de reflexiones sobre la infancia, sobre su oficio de escritor y, por sobre todas las cosas, recuerdos de la niñez. “Este libro me ahorró un dineral en psicoanálisis”, dijo Velasco. El público, entregado desde el principio, reía con las anécdotas, escuchaba atento las reflexiones, asentía ante sentencias del autor.
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Y llegó la hora de los avioncitos, momento que representó, literalmente, la hora del recreo. ¿Por qué el personaje se llama Xavier? ¿Quiénes eran tus héroes y tus villanos? ¿Cuándo naciste? ¿De veras terminaste la primaria? ¿En qué te inspiraste para escribir El materialismo histérico? “Ese lo escribió Marx, pero tengo entendido que se inspiró en la lucha de clases”. A todas las preguntas Xavier Velasco contestó: unas veces con chascarrillos, otras con reflexiones, unas más con anécdotas. ¿Escribes encuerado o para encuerarte? “Esta persona me sabe algo. El oficio de la escritura es como un streap tease permanente. Si no te quitas la ropa, la gente no aplaude”.
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Los aviones seguían volando y Xavier contestando. Algunos, mal hechos, chocaban justo en la cabeza del vecino de enfrente. Tres, más ágiles, llegaron con vuelo impecable hasta la tarima. Otros, menos doctos en la papiroflexia, optaron por simplemente hacer bolas de papel y lanzarlas directamente al escritor. ¿Sabes qué hacer con la vida? “Pues donde no sea hacer libros, no. No me interesa saber: me interesa averiguar”. Una de las últimas preguntas no vino ni en avión ni en bola de papel. Salió de viva voz de una de las asistentes. “¿Quieres ser mi diablo guardián?”. “No te conviene, porque empezaría por ponerte los cuernos”. El tiempo de Velasco se agotó. No así el interés de sus seguidores, que lo siguieron buscando su autógrafo. Ésa ya fue otra historia.
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Édgar Velasco Barajas
Foto: Giorgio Viera

Pedro Ángel Palou presentó la segunda entrega de su trilogía sobre los sacrificados de la historia.

El libro es editado por Planeta
Palou revive la conciencia combativa de Morelos
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En la medida en que el cura Morelos fue convertido en uno de los mitos patrios, se ha perdido la perspectiva sobre las consecuencias de la que fue, efectivamente, su derrota: la derrota de un combativo ideólogo a favor de los derechos de los mulatos, los indios y los mestizos de la Nueva España. Pedro Ángel Palou, uno de los más activos representantes de llamado crack mexicano, recupera la memoria del sacerdote michoacano en su novela Morelos: morir es nada, que publica Planeta, y que presenta hoy en la Feria del Libro.
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La novela, una ficción basada en documentación histórica, presenta a una supuesta mujer del cura Morelos, Jerónima, que narra los años del insurgente en la movilización por liberar a los desfavorecidos del virreinato, tras el fracaso de Miguel Hidalgo.
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Palou, autor también de títulos como Con la muerte en los puños (premio Xavier Villaurrutia) y Amores enormes (premio Jorge Ibargüengoitia), y actual rector de la Universidad de Puebla, entrega en Morelos: morir es nada, la segunda de una serie de cuatro novelas que pretenden explorar importantes “sacrificios históricos” de México: la primera fue su novela histórica Zapata; habrá también textos sobre el tlatoani Cuauhtémoc y sobre Pedro Díaz Cuscat, un líder tzotzil que se rebeló contra el régimen de Porfirio Díaz.
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Hoy
17:00 horas
Salón Juan José Arreola, Centro de Negocios Público
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Morelos: la otra cara de la lucha de Independencia mexicana
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El escritor mexicano subrayó la importancia del Salón de Derecho de Autor en la Fil. Foto: Felipe Salgado
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Penetrar en el personaje de Morelos te obliga a replantearte por completo la lucha de Independencia y todo lo que la historia oficial nos ha contado de ésta, la cual está profundamente equivocada”, asegura el escritor mexicano (Puebla, 1966) Pedro Ángel Palou y da muestra de ello en su más reciente novela, que presentó en el marco de la Fil.
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Para el escritor, Morelos es el gran perdedor de la contienda de la Independencia mexicana del siglo XIX, y su libro Morelos, morir es nada, es la segunda entrega de una trilogía que prepara sobre “los grandes sacrificados de la historia de México: Emiliano Zapata, José María Morelos y Cuauhtémoc”.
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En el libro, Palou presenta la vida del caudillo narrada por una de sus mujeres, quien construye la historia como penitencia católica y para que su hija conozca la verdad acerca de la vida de su padre. “El caso de Morelos es complejo porque, desde que estaba la lucha, nunca perteneció a ella. Una vez muerto Hidalgo, Morelos no es más que un general, y de hecho no es bien visto ni por Allende, Hidalgo, Aldama o la Corregidora, por su origen étnico”, afirmó.
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El autor de Casa de la Magnolia comentó que su interés por este personaje nace porque hasta la fecha no se ha cumplido su lucha: “Él dejó varias asignaturas pendientes. México es un país de inequidad absoluta, cada año que pasa la brecha entre los ricos y los pobres se abre un poco más, el campo mexicano es un desastre”. Preocupado por la “partidocracia” que dirige al país, Palou comentó que siempre ha tenido un sueño guajiro: que se forma un Congreso Constituyente en donde se sienten los partidos políticos y los ciudadanos a reimaginar México. “Ésa sería la mejor manera de celebrar el año 2010 y no poniendo otra capa de bronce a héroes que fueron seres humanos, que reivindicaron cosas que el país, 200 años después, no ha podido resolver”.
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Por otro lado, el también rector de la Universidad de las Américas, en Puebla, subrayó la importancia del Salón de Derechos de Autor: “Ni la feria del libro de Francfort cuenta con este espacio en donde se privilegia al escritor; seguramente en diez años este salón será clave para lograr la internacionalización de los futuros escritores mexicanos”.
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Palou destacó la importancia de que las bibliotecas de universidades estadunidenses vengan a Guadalajara y agregó que, desde hace varias ediciones, se ha encontrado con una Fil viva que, aunque sea por unos días, deja atrás el mito de que los mexicanos no leen.
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Talía Zepeda Ponce
(http://fil.milenio.com/presentaciones-de-libros/nota/2007/11/26/morelos-la-otra-cara-de-la-lucha-de-ind)

La revista de la Universidad de Las Américas, dirigida por Pedro Ángel Palou, amplía sus contenidos.



Revuelta hace crack desde Puebla y abre sus páginas
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Hace dos años que la Universidad de las Américas Puebla (Udlap) se decidió a encabezar un proyecto impulsado por los autores de la generación del Crack. Desde entonces, la revista Revuelta, que buscaba mantener de las publicaciones periódicas para la divulgación del pensamiento que encabezó la desaparecida Vuelta, lucha por consolidarse.
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La directora de Publicaciones de la Udlap, Diana Jaramillo Juárez, señala que el principal obstáculo que se ha debido librar es el de sostener económicamente un proyecto tan ambicioso, pero que se avanza en la consecución de sus objetivos.
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“Hacer una revista no es barato. Ha sido muy difícil, a pesar de que la universidad acoja a la revista, lo que ayuda en términos económicos. Pero se tiene el apoyo decidido de algunos escritores, particularmente los de la generación del crack, Jorge Volpi, Ignacio Padilla y el mismo director de la publicación, Pedro Ángel Palou, entre otros, y ha sido bien acogida por los estudiantes, pues algunas universidades ya la toman como referente en sus estudios latinoamericanos”, dijo Jaramillo.
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Revuelta es una reacción de los autores autodenominados como la generación del crack, admite la directora de Publicaciones de la Udlap, quien además desestimó que eso límite contenidos o lectores: “El único de ellos que aparece en todos los números es Palou. Pero porque es el director y escribe la presentación de la revista. No creo que eso la limite. Se publican otros autores como Carmen Boullosa o colaboradores académicos de un buen número de universidades”.
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No obstante las dificultades para generar una base sólida de suscriptores y lectores que hagan el proyecto financiable, la Udlap se enorgullece de la publicación, cuyos números ocho y nueve serán presentados en la Fil.

DECEMBRISTA



Diario Milenio-México (04/12/07)
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Cada año escucho las mismas quejas en contra de diciembre: el frío, la comercialización, la dictadura de la familia, el falso sentido de lo que termina y de lo que empieza. La impostura de diciembre. La falsedad de diciembre. Los rituales interminables de diciembre. Se supone que ésas y otras cosas producen crecientes grados de depresión que, en algunos casos extremos, hasta llevan a más de uno al suicidio. Aunque siempre he sido respetuosa de las depresiones tanto propias como ajenas, mi proclividad a defender causas perdidas me conmina a iniciar un movimiento en defensa de este mes tan vilipendiado.
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Vamos, gente
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Estamos (o estamos por estar) de vacaciones: después de largos trechos sin respiro, el doceavo mes se aparece así, como de la nada (que según Novalis era de color azul) con hasta 15 días de descanso. Se trata de días que ponen a la madrugada de cabeza: de haber sido el inicio de tantas jornadas laborales, ahora se convierte en el fin de sesiones sin cautela. Son días sin otro horario más que el aguante del cuerpo o el humor de la plática o el sabor de los postres (y de los vinos de postre, claro está). Se trata de días estructurados alrededor de la más básica socialidad. Imposible desconocer en diciembre que el otro es, efectivamente, tu inv/fierno.
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Diciembre es, además, un mes de excesos. Y nada como el exceso para complacer el muy superlativo sentido de la existencia de los Big Drama Queens del mundo (que somos bastantitos, dicho sea de paso). Detrás de cada puerta que tocamos hay una o más fiestas, especialmente desde el 12 de diciembre (día que en México se celebra a la Virgen de Guadalupe) en el no por mítico menos real inicio de ese tradicional maratón de posadas y reuniones varias que nos llevará, con algo de suerte y otro tanto de condición física, hasta el 6 de enero, día en que se celebra la aparición de Melchor, Gaspar y Baltasar (aunque en realidad, habrá que decirlo, de los juguetes que cargan en sendos caballo, elefante y camello) sobre todo en el centro de este país (aunque ya puestos en esto, hasta es posible que arribemos con vida, con tamales y todo, al día de la Candelaria el 2 de febrero). Nadie escatima un traguito de algo en estas fechas: del ponche con piquete al tradicional tequila, del mescalito entre amigos a la celebratoria champaña. Nadie le niega un taco, ni siquiera de ojo, al prójimo. Basta con presentarse a eso de la hora de la comida (y en diciembre todas las horas son horas de comer) para que le toque a uno un bocadillo de esto o de lo otro. Y más de uno dará fe junto conmigo del sabor divino, del sabor de otro mundo, del recalentado.
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Habrá que tomar en cuenta que el frío propio de la estación contribuye a promover la sentimentalidad más artera y los abrazos más disímbolos. En diciembre no hay que tener justificación racional alguna para apapachar (o dejarse apapachar) por ese prójimo que ya andaba echándose uno que otro taco de ojo en el párrafo anterior. Además, ya sea por puro compromiso o por ceder a los embates del comercio o por genuino gusto (o por el sereno), hay objetos y prácticas y gestos que se dan, y objetos y prácticas y gestos que se reciben en estos días. Sea cual sea la causa, el tamaño o el costo, hay regazos que se iluminan con la presencia de eso que, con suerte, con algo de cariño o solidaridad, ha dejado de ser mera mercancía.
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Por último, y esto va especialmente para escritores, con el pretexto del fin del año, todo mundo hace gala de sus dotes narrativas. Ya sea convocados por el ciclo que se cierra o presionados por prácticas religiosas o respondiendo a las vicisitudes de la secular culpa, a hombres y mujeres de toda índole les da por hacer recuentos (aunque sea de daños) y, como se sabe, muchos de ellos inician con el “érase una vez” que abre todas las puertas de los relatos. De igual manera, con el pretexto del nuevo año, no es raro que a todos nos dé por echarnos un clavado en esa gran alberca de la ficción colectiva. Los propósitos. Lo ahora sí haremos. Lo que seremos. Los avatares de la imaginación, con frecuencia exaltada.
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Y, por sobre todas las cosas, coronándolo todo de hecho, ahí está esa luz invernal ante cuya indescriptibilidad me rindo por completo. Tal vez sea poco, pero a mí me basta. Me sobra, en realidad. Así que esta decembrista declarada lo declara nada más por declararlo: ¡que viva diciembre!

lunes, diciembre 03, 2007

La FIL-G 2007 dedicada a Colombia en imágenes, a lo que obviamente no fui ¡por pobre!


Gabriel García Márquez (Premio Nobel de Literatura) levanta la mano a Fernando del Paso (centro) quién recibe el II Premio FIL de literatura, junto al escritor Carlos Fuentes (2do izq. a der) y Alvaro Mutis en el marco de la 21 Feria Internacional del Libro de Guadalajara © Cortesía FIL Guadalajara/Bernardo De Niz






Diálogos Literarios sobre Censura y apertura sexual. De izq. a der.: Margarita Posada, Ricardo Rocha, Andrés Barba y Xavier Velasco, en el marco de la 21 Feria Internacional del Libro de Guadalajara © Cortesía FIL Guadalajara/Marcela de Niz


Julieta Venegas participó en la conferencia Canción: palabra escrita en el marco de la 21 Feria Internacional del Libro de Guadalajara. © Cortesía FIL Guadalajara/Joaquín Rúa
El escritor mexicano Sergio Pitol, dentro del Encuentro Internacional de Cuentistas, en el marco de las actividades de la 21 Feria Internacional del Libro de Guadalajara. © Cortesía FIL Guadalajara/Michel Amado Carpio

Rompe FIL Guadalajara récord de visitas

Asisten más de 559 mil personas a las actividades de la feria, un 6.5% más de las que acudieron el año pasado; también se incrementó la visita de niños al evento
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EFE
El Universal
Guadalajara
Domingo 02 de diciembre de 2007
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La XXI Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara (México) que hoy concluye recibió este año a 559 mil 271 personas, un 6.5% más de los que acudieron al evento el año pasado, informaron fuentes de la organización.
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A falta de los resultados definitivos, que se conocerán en los próximos días, los datos preliminares anunciados hoy apuntan a un fuerte incremento además y nuevo récord en la presencia de niñas y niños en la feria, 133 mil 750 este año, un 58.2% por encima que en 2006.
"Quizás el dato más relevante vuelve a ser el público asistente" , explicó hoy en rueda de prensa Raúl Padilla, presidente de la FIL.
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A pocas horas de que la feria cierre sus puertas con un concierto del grupo colombiano Aterciopelados Padilla dijo que había unas 50 mil visitas más que en 2006, marca que representa un récord.
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En el capítulo de negocios también se expandió la que está considerada la mayor feria del libro del mundo en lengua española al pasar por ella 17 mil 240 profesionales, un 2.98% más que en 2006.
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Por esta edición pasaron mil 674 editoriales de 40 países. Sólo por el salón de derechos hubo 125 agentes literarios que representaron a 65 empresas, un 27% más que el año pasado.
Por el evento pasaron 455 medios de comunicación que enviaron a Guadalajara a mil 644 periodistas, un 7.9% más que hace un año. La FIL 2007 se celebró del 24 de noviembre al 2 de diciembre en Guadalajara, capital del estado mexicano de Jalisco, y tuvo a Colombia como invitado de honor.
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Ese país ya había participado en una FIL en 1993, cuando se introdujo por vez primera el formato de invitado de honor en la feria.