Diario Milenio-Puebla (05/07/07)
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No es ningún secreto lo que aquí expongo porque muchos medios impresos y electrónicos lo manejaron: Alejandro Montiel, el secretario de cultura, decía tener un pie en el Museo Amparo. Sus planes de pronto se vinieron abajo. El señor pensaba irse de la secretaría de cultura antes de que se dieran a conocer los cambios políticos que habrán de darse de manera natural en el gabinete debido a las próximas elecciones de noviembre. El secretario sabe que en cultura sólo lo sostiene un alfiler debido a su incapacidad.
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Ahora que el domingo pasado la elección interna para designar al candidato del Partido Acción Nacional a la Presidencia Municipal, favoreció a Antonio Sánchez Díaz de Rivera, al “visionario” secretario Montiel le dio mucho gusto. Es más, lo festinó. Se dice que trató de buscar de inmediato nada menos que al propio hermano del ya candidato del PAN a la alcaldía, Francisco Sánchez Díaz de Rivera, con el pretexto de que le hablara sobre el proyecto Puebla Ciudad Musical que él atiende (ininterrumpido por un tiempo) desde hace veinte años.
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Ahora el secretario Alejandro Montiel Bonilla, mantiene (muy a propósito) una doble estrategia. El priísta Montiel (nunca ha dado muestra de que verdaderamente milita en ese partido político) ya no tiene la mirada en la dirección del Museo Amparo porque ahí se le ha cerrado definitivamente toda posibilidad. Y como él ya lo sabe, entonces espera que en noviembre triunfe el candidato del PAN para así, y a través de Francisco Sánchez Díaz de Rivera, suceder a Dalia Monroy en la Dirección de Cultura Municipal. Por otro lado, a pesar de los problemas internos que ha creado al interior de la secretaria de cultura, se aferra al cargo sin reconocer que no puede con el papel que el señor gobernador le ha conferido. ¿Ya aparecieron las veinte ediciones que prometió? ¿Hizo algo para saber por lo menos qué pasó con la pintura extraviada del Bello en 1944? ¿Y la biblioteca Tola de Habich? ¿Y el Museo Erasto Cortés? No hay respuestas aún para estas interrogantes.
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A cambio de todo esto, el secretario Montiel está a punto de cometer otra de sus pifias: según declara Óscar Alejo, Director de Bienes Artísticos y Culturales, como si se tratara del descubrimiento del hilo negro, que la cultura no debe estar sólo en los museos. Entonces se les ocurrió la nada afortunada idea de exhibir la obra fotográfica de Juan C. Méndez en los cafés Starbucks de Puebla. Buen plan para que las fotos terminen maltratadas. Nunca se imaginó Juan C. Méndez terminar en los Starbucks.
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Él secretario sabe que su permanencia en la secretaría es muy endeble. Sabe que ha sido el secretario con menor credibilidad de todos los tiempos. Por eso entonces ha puesto su pensamiento y su interés en el candidato del PAN a quien mandó felicitar la misma noche del domingo pasado. Y ha puesto a disposición de los Starbucks la importante obra de Juan C. Méndez. En letra de la Sonora Santanera: “que se cuiden todos / Hey / que ahí viene el secre”. Listo y hábil el hombre ¿no? Para él, todo se vale, dice.
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