jueves, junio 07, 2007

Más sobre la UDLA-P

Tiempos de Nigromante (Diario Cambio 06/06/07)
de Arturo Rueda
Terminar la crisis de la UDLA

No tengo más remedio que coincidir con mis lectores críticos y con la visión de varios amigos –alumnos y ex alumnos- ligados a la Universidad de las Américas: la crisis de la institución tiene su origen en los sucesos ocurridos en los últimos años, y lo que acontece en estos días es el punto culminante de un sinfonía que amenaza a la quinta universidad más importante del país y la mejor de Puebla. Y es que los problemas legales en torno a la Fundación y al control del Patronato entre la Familia Jenkins y Ángeles Espinoza, que culminaron con la salida de Enrique Cárdenas, la penosa llegada y salida de Nora Lusting y el posterior arribo de Pedro Ángel Palou a la Rectoría, son episodios que todos hemos pasado por alto, pero que constituyen el contexto de la crisis.

La falta de contexto ha provocado la polarización en torno a la figura de Pedro Ángel Palou, centrando el debate en él, cuando en realidad, creo entender –y eso significa también rectificar mi postura- es un problema en torno al mecanismo de la toma de decisiones en la Universidad. En otras palabras: los quince profesores que participaron en las reuniones, y personajes de buena fe como Mark Ryan, Paul Rich, buscaban democratizar decisiones monopolizadas por el Patronato y la Rectoría. En ése sentido, debo afirmar que no se trataba de ningún complot.

Sin embargo, la forma es fondo, y creo que los quince profesores se equivocaron en el planteamiento de su descontento, eligiendo la conspiración, cuando el debate sobre la democratización de la toma de decisiones o la ampliación del Patronato debía ser público, a través de los órganos de representación universitaria. Cuando digo que se equivocaron, en realidad quiero decir que fueron manipulados por Neil Lindley, quien a mi entender es el único personaje que ha obrado de mala fe en esta crisis. Lindley tuvo la capacidad de agrupar un verdadero frente, aprovechando los intereses de diversos grupos, descontentos por varias razones.

Desmenuzando el escándalo en sus varios episodios, de una u otra forma siempre se termina llegando a Neil Lindley, el gran manipulador. Se aprovechó de las ambiciones de poder de Luis Foncerrada; del resentimiento de Enrique Cárdenas, quien no digiere todavía las condiciones de su salida, y de la genuina preocupación de varios académicos, inconformes –con razón o sin ella- con algunas decisiones del Patronato y la Rectoría. Lindley, además, promovió el warning ante la SACS, aprovechando otro de sus alfiles, Mónica Cruz, editora de La Catarina; buscó devaluar la imagen de la universidad en otras instituciones norteamericanas e incluso prometió financiar la lucha contra Palou.

No tengo dudas: Lindley es el gran titiritero de movimiento y manipuló a mucha gente, a la que se llevó entre las patas y burlonamente propuso entregarles un diploma por formar parte de “la línea de fuego” del rector. Mi reconocimiento entonces a los quince profesores, que quizá no debieron salir de la universidad, y a gente ligada a ella y que le dio toda una vida, como Mark Ryan y Paul Rich.

La expresión más genuina llegó en voz de Jorge Welti, quien con Carmen Aristegui, aseguró que metía las manos por los 13 profesores despedidos. Welti tiene razón: fueron la carne de cañón de un conspirador como Lindley. Su lucha por ampliar la toma de decisiones a más elementos de la UDLA era legítima.

Llegó al segundo punto: la polarización sobre la imagen de Pedro Ángel Palou y su gestión como rector.
Seguro que aquí tienen los mejores argumentos son los miembros de la institución, fundamentalmente los académicos y los alumnos. He recibido comentarios que van desde despidos injustificados, el cambio de sistemas computaciones, la inaccesibilidad del rector –una acusación recurrente- y hasta el hecho de que se cobrara una cuota por el uso del estacionamiento, que antes no existía.

Entiendo que muchas de las medidas tomadas por Palou no sean del agrado de la comunidad, pero me parece que él sabrá lo que hace. Pero también puedo advertir que muchas de ellas provienen específicamente del Patronato, es decir, la Familia Jenkis, que guste o no, por ley, tiene el control de la universidad. Así de simple.

Pero este punto nos regresa a la demanda original y legítima de muchos de los profesores despedidos: la necesidad de incorporar a más miembros en la toma de decisiones del Patronato. Muchas de las acusaciones contra Palou han sido perversas, porque en realidad se trata de decisiones del Patronato.

Vamos concluyendo: como en los ideogramas japoneses, una crisis es al mismo tiempo una oportunidad.

Por ello, la Familia Jenkins hoy anuncia una decisión histórica: la apertura del Patronato a más integrantes entre los mejores filántropos y educadores del país y de Puebla. En otras palabras: los Jenkins aceptan que no pueden centralizar y monopolizar la vida estudiantil de la UDLA, y se muestran abiertos a que más personas se sumen a la noble misión de la Fundación.

De una u otra forma, la demanda legítima de los 13 profesores despedidos fue escuchada. Así que la decisión de los Jenkins debería ser el primer paso para acabar con la inestabilidad de la universidad. Otro paso sería que el Rectorado y al Patronato, quizá, reconsideraran la decisión de despedir a los 13 profesores y a otros integrantes de la comunidad como Ryan y Paul Rich. No lo sé, pero por lo menos debía considerarlo la administración central como una forma de distender el ambiente de tensión.

Lo importante es detener la crisis de la UDLA, que solo devalúa el prestigio y los títulos de más de 30 mil egresados en su historia. Terminar la crisis significa, al mismo tiempo, terminar con la polarización del discurso en actores buenos y malos, y sobretodo, cortar de tajo la ingerencia de actores externos que quieren llevar agua a su molino, quien sabe con qué intenciones, como Gerardo Esquivel y Neil Lindley.

De Pedro Ángel Palou sí conozco sus intenciones, así como su honestidad intelectual y personal. No sé que errores pudo haber cometido, y sé que muchos de ellos son producto de una posición delicada frente al Patronato. ¿Qué puede mejorar en algunos aspectos? Sin duda. Pero creo que los miembros de la comunidad UDLA no deben dudar en sus buenas intenciones y de su capacidad intelectual y académica para mantener el prestigio de una universidad patrimonio de los poblanos.


*** Hablando de intenciones aviesas. He seguido puntualmente el blog de Gerardo Esquivel, y aunque muchos internautas lo han cuestionado sobre sus intenciones, es la hora en que el ex asesor de Andrés Manuel López Obrador no puede responder el por qué promovió la firma de un desplegado entre la comunidad académica del país y tampoco el por qué del discurso flamígero contra Palou.

Incluso, ante la crítica del columnista, apenas atinó a señalar “no lo contesto porque no hay que darle importancia a alguien que claramente pretende distraer del tema relevante: ¿por qué fueron despedidos unos profesores? Esa es la pregunta relevante. No soy yo, ni mi pasado, ni lo que yo haga ni lo que yo deje de hacer. Lo relevante es atender la petición que se le hizo a las autoridades universitarias y las preguntas que se le han planteado. ¿Acaso crees que merece una respuesta (o siquiera un link) un tipo que se dice periodista que exige que los despedidos expliquen en que condiciones firmaron su renuncia? Eso es francamente ridículo. Eso es acusar a las victimas y torcer la realidad, el derecho y el sentido común”.

El avieso Gerardo Esquivel no puede responder a los cuestionamientos por el simple y sencillo hecho de que sus motivaciones son inconfesables. Lástima que tantos bien intencionados se han dejado manipular por él.

Por cierto, en una encuesta sobre las motivaciones de Esquivel en el blog www.yosoyudla.blogspot.com, hasta las 11:10 pm, un 44 por ciento de los internautas afirmaba que el ataque a Palou y la UDLA se debía a que el ex asesor perredista quería dinero.
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Patronato UDLA analiza demandar a Cárdenas (Diario Cambio 06/06/07)
Por firmar desplegado contra la universidad, asegura Palou
Selene Ríos Andraca / Héctor Hugo Cruz


Primera parte


El Patronato de la Universidad de las Américas analiza proceder legalmente en contra del ex rector Enrique Cárdenas Sánchez, por haber firmado el desplegado en contra de Pedro Ángel Palou, debido a que a su salida de la UDLA firmó un finiquito que le prohíbe hacer cualquier comentario sobre la institución, aseguró el actual rector.
En entrevista para CAMBIO, Pedro Ángel Palou consideró que los correos electrónicos que supuestamente confirman la conjura en su contra son “verosímiles”, debido a que las palabras utilizadas en los emails coinciden con las usadas en entrevistas con medios de parte de los hoy ex académicos Mark Ryan y Neil Lindley.
El rector rechazó que los firmantes de los supuestos correos hayan sido espiados por autoridades de la Universidad, según la conjetura del escritor uno de los receptores filtró todos los correos: “Lo que sí es cierto es que seguramente gente a la que están reenviados, los filtró. Por que si ustedes ven la lista de receptores son muchísimos y alguien los filtró. Por cierto no hay ningún nombre de ninguna autoridad en la UDLA en los mails”.
A decir del ex funcionario de la administración del gobernador Mario Marín Torres en breve tendrá una reunión con los más de 80 firmantes del desplegado en su contra publicado el lunes pasado en El Universal, para explicarles la vida académica interna de la UDLA.
Tras reconocer que actualmente la UDLA vive un periodo “muy gris” y “muy duro”, Pedro Ángel Palou dio por terminado el capítulo y aseguró que en breve recompondrá la planta de académicos, quienes deberán de igualar el nivel de los despedidos, o bien mejorarlo.
Respecto a las acciones legales que podría tomar el Patronato en contra de Cárdenas, Palou García detalló que los abogados del mismo se encuentran analizando si es procedente o no tomar el desplegado como prueba, así como las entrevistas concedidas por el ex rector a diversos medios de comunicación local.
“Bueno, yo lo dije desde mi primera entrevista que ojalá que no estuviera involucrado (Cárdenas), sería muy lamentable para la historia de la Universidad. Además, él cuando firmó un finiquito al salir de la Universidad, después de una toma de Consejo, se estipuló en el documento que no podría emitir ningún tipo de opinión sobre la Universidad. Cosa que independientemente, esté como receptor o probable escritor de alguno de estos correos, sí firmó un desplegado con otros académicos manifestando su opinión sobre la Universidad, que sí dio su opinión en entrevistas hablando sobre la Universidad sin conocerla por dentro en estos años, cosa que contraviene con el finiquito que él firmó a su salida de la Universidad, ahora él no sale como rector, salió después de un intento de toma de Consejo de una forma muy violenta”.
—¿Qué opina de estos correos electrónicos que podrían ser la pruebas del supuesto complot en su contra en la Rectoría?— se le preguntó a Pedro Ángel Palou.
—No solo en mi contra sino en contra del propio Patronato. Lo que expresan claramente estos correos es algo que corrobora lo que Neil Lindley dijo públicamente no solo en el periódico estudiantil (La Catarina), sino en muchos diarios, principalmente en uno electrónico que es E-consulta. Ahí anuncia las mismas cantidades y los mismos dineros. Lo curioso es que hay mucho más gente involucrada, externa e interna a la universidad de la que por lo menos al principio nosotros no teníamos noción de que estaban participando. Lo importante para la UDLA en este momento, reconociendo que esto fue un periodo muy gris y muy duro que pasamos, pero que ya está cerrado, es que 11 de los 13 profesores han firmado sus renuncias voluntarias con un convenio de finiquito legal muy favorable.
—¿De cuánto mas o menos?
—Pues depende del caso. Hay gente que del finiquito es de un millón 150 mil pesos. Casi todos son de 600 o 580 mil pesos. Muy por encima de lo que marca la ley, con becas para los hijos. Aquí no se trataba de una casería de brujas sino de defender a la institución. Así se hizo. Ya hay un carpetazo y ya se le anunció a los consejeros universitarios —y seguramente aparecerá también publicado en muchos medios a partir de esta semana— que el Patronato ha tomado una decisión que es trascendental e histórica, que resuelve de golpe y ya para siempre el conflicto de distintos órganos de poder en la UDLA que es ampliarse y fortalecerse.
—¿Ya van a permitir decisiones del extranjero?
— No necesariamente del extranjero. La idea de don Guillermo Jenkins —y así está en la carta que mando a los consejeros—, es que los mejores filántropos, empresarios y educadores de México puedan subir al Patronato de la Universidad de las Américas y desde ahí colaborar en la dirección de la universidad.
—Los profesores de la “conjura” aseguran que hay espionaje de parte de la UDLA por la revelación de los mails.
—La UDLA no ha revelado ningún mail porque nos lo tiene. Si ustedes se fijan, la mayor parte de los mails, que leí en los medios. Son de correos electrónicos que son difíciles que alguien pueda espiar como Gmail o Hotmail. Lo que sí es cierto es que seguramente gente a la que están reenviados, los filtró. Por que si ustedes ven la lista de receptores son muchísimos y alguien los filtró. Por cierto no hay ningún nombre de ninguna autoridad en la UDLA en los mails. También, el ex decano Mark Ryan dice que alguien fue a su casa a espiarlo. El día de la reunión se le estuvo buscando al decano desde las 12 del día para que firmara unos papeles en Rectoría, los mismos eran de rutina, y al no firmarlos y sabiendo que se iría de viaje al otro día, como él mismo lo informó, nunca se le pudo llamar. Esa es la versión de la UDLA y jamás se fue a espiar.
—Hay un trascendido de que hubo gente que los fotografió
—La casa del señor Ryan no tiene ventanas. Se tocó la puerta, se le pidió a la persona que abrió que le notificara que antes de viajar pasara a Rectoría a firmar unos documentos. Eso fue todo.
—Su opinión de que el ex rector Cárdenas esté involucrado en esto
—Bueno, yo lo dije desde mi primera entrevista que ojalá que no estuviera involucrado, sería muy lamentable para la historia de la Universidad. Además, él cuando firmó un finiquito al salir de la Universidad, después de una toma de Consejo, se estipuló en el documento que no podría emitir ningún tipo de opinión sobre la Universidad. Cosa que independientemente, esté como receptor o probable escritor de alguno de estos correos, sí firmó un desplegado con otros académicos manifestando su opinión sobre la Universidad, que sí dio su opinión en entrevistas hablando sobre la Universidad sin conocerla por dentro en estos años, cosa que contraviene con el finiquito que él firmó a su salida de la Universidad, ahora él no sale como rector, salió después de un intento de toma de Consejo de una forma muy violenta.
—¿Habrá repercusiones legales de parte de la UDLA?
—Estamos estudiando, pero no de la Universidad como tal, sino del Patronato está estudiando sí procede y cómo se procede en estos casos.
—¿Da por ciertos estos correos?
—Pues doy por cierto lo que leo, lo que leo es coherente con lo que leímos en los medios, pues coinciden con lo que ellos han dicho a los medios, y confirma que alguno de ellos lo escribió y sostiene que alguien lo espió. Me parece perfectamente verosímil.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Habrá que esperar a mañana para saber si el palero de Arturo Rueda escribe sobre los cambios en la encuesta sobre el Doctor Esquivel en http://yosoyudla.blogspot.com: a las 18:48 de este jueves, 56% de los encuestados señalan que su intención es altruista. Es hora de dejar de atacar a Esquivel y meterse en el fondo del asunto: el manejo de la UDLA por parte de Pedro Ángel