jueves, mayo 24, 2007

In memoriam por "La Princesa".

Paisajes de la Memoria (Diario Milenio-Puebla 24/05/07)
Juan Gerardo Sampedro
Desalojo de "La Princesa"
Uno de los restaurantes de más tradición, quizá el de más antigüedad en el Centro Histórico de Puebla, al igual que el Royalty, acaba de cerrar sus puertas –luego de un desalojo ya esperado– a finales de la semana pasada. Desde la década de los cuarenta, "La Princesa" se había instalado en el Portal Iturbide y pronto adquirió gran fama, aunque es cierto que sus últimos años fueron de descuido y abandono.
Allá por 1977, me acuerdo bien, un amigo que había vivido en Puebla por asunto de negocios –vendía máquinas de escribir– me recomendó que visitara lo que él llamó “un restaurante que creo que se llama La Princesa porque ahí sirven abundante”. Y fui, aunque sólo lo hice un par de veces.
A fines del año 2006 se manejó en algunos medios que "La Princesa" dejaría de serlo antes de que comenzara el 2007 y algunos medios estaban a la expectativa. El haber desalojado a "La Princesa" es un pequeño atentado contra la historia y la vida cotidiana de los habitantes de Puebla como lo fue cuando el entonces Presidente Municipal Rafael Cañedo Benítez, desalojó de la noche a la mañana La Flor, otro de los restaurantes tradicionales del centro.
Una ciudad que conserva sus espacios es una ciudad que se preocupa por sus habitantes. La Princesa se fundó a iniciativa del señor José García Noriega, luego la administraron sus descendientes muchos años hasta que Basilio Rojo Cué se hizo cargo del restaurante dándole una nueva imagen. Hasta estos últimos años la tenía Rufino Velorio. No se recuerda ya ahora un restaurante más antiguo que La Princesa. Se dice que ahí, en La Princesa, se pasaba algunas tardes el poeta y escritor, el padre Federico Escobedo, quien gustaba de la nieve que ahí se vendía. Habrá que investigar dónde andan regadas por ahí las mesas originalísimas de La Princesa. Por lo menos se tienen ubicadas cuatro o cinco en el Salón Correo, un bar que está frente a la Catedral, en la esquina de la 5 Poniente y la 16 de Septiembre.
Próximamente ahí donde estuvo La Princesa habrá un moderno hotel. Ayer por la mañana algunos despistados se encaminaron, como lo hacían casi de manera automática desde hace mucho tiempo, a desayunar a La Princesa. Se encontraron con que el restaurante fue desalojado en sólo un par de horas. Más de sesenta años fueron borrados en un par de horas.
Yo no sé, no lo he pensado, si habrá quien pueda llenar el vacío que dejó Teresa Nava, nuestra cronista en maquetas, para que inmediatamente se diera a la tarea de reconstruir el espacio como si fuera cualquier domingo, día en el que mucha gente salía de misa de Catedral para encaminarse a desayunar tranquilamente a La Princesa.
Ahora pasarán los años pero siempre nos acordaremos del restaurante La Princesa como un importante referente del Centro Histórico de Puebla. Hay cosas que se ven para quedarse. Hasta siempre La Princesa.

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