miércoles, abril 04, 2007

Introspección XLVII.

Huir para escapar de un pasado, olvidar un presente y dejar de anhelar un futuro. Mudarme a un país donde soñar esté prohibido y amar sea un verbo inexistente. Y recordar sea una palabra sin carga semántica ni connotación sentimental alguna.
Perderme en un laberinto oscuro, infernal, donde no puedas aparecerte. O mejor aún, habitar un mundo donde no se necesite corazón para andar y que el alma no sea indispensable para sentirse vivo y la memoria sea asunto sólo de máquinas y no de humanos, tal vez así logre borrar esa dulce y tierna imagen con olor a miel que tengo de ti, desde la última vez que te vi. Era una noche de luna llena, estrellada. Caminábamos por la Juárez, éramos tú, y ese clásico cigarrillo en la boca, y yo con típica timidez que se traducía en una cursilería al puro estilo de las novelas rosa que acostumbras leer. Sólo un delete bastaría para poder continuar con mi vida.
A estas alturas estoy harto de seguir caminando calle por calle, buscándote, a sabiendas que no lograré sino torturarme. Pero no puedo evitarlo, te volviste vital para mi forma de vida. Al mismo tiempo que tomo un vaso de leche al pararme, necesito acordarme de ti, para sentirme listo y poder empezar mi día, que cada vez se vuelve más rutinario, aburrido. Por supuesto ya no estás tú.
No es lo mismo amanecer sabiendo que estoy abrazando a la mujer más bella del mundo, a la que amo y yace desnuda bajo la misma sabana que yo, a hacerlo viéndome sólo, en una cama que últimamente se ha ido convirtiendo en mi desierto privado sin ningún atractivo turístico que valga la pena observar.
Ayer salí a la oficina central de correos a depositar una carta con destino a tu casa. El contenido es una absoluta mierda, tendría que haber resumido tanta palabrería en esto: ¿Volverás algún día? Mi vida apesta sin ti. Pero, ya sabes, siempre he sido un cobarde y para decir lo que quiero y siento, necesito dar todas las vueltas posibles. Es irónico, siempre le he tenido miedo a la ruleta rusa y eso sería la analogía más cercana a mi vida y forma de ser. Quizá tengo miedo a conocerme a fondo.

No hay comentarios.: