Dormir hasta que el cansancio de buscarte en una cama en la que nunca has estado me robe las energías. Dar de vueltas, de la derecha a la izquierda y de regreso, intentando rozar alguna parte de tu cuerpo o toparme con él, para que me hagas pedirte perdón por haberte empujado o robado un pedazo de cobija, para luego darme cuenta que el maligno sol busca con sus rayos mi cara, para regresarme a una realidad que no quiero ver, ni quiero pertenecerle y menos que me pertenezca.
Casi siempre así son mis días sin Universidad y sin amigos con quien encontrarme o visitar. Tengo tiempo de sobra para acordarme de ti, de lo que éramos en un más allá que jamás será aquí o allí. Porque aunque leo en esos días de densa calma para que otro ser ficticio se adueñe tantito de mi, siempre que el personaje o los personajes viven un evento amoroso ya para bien o para mal, acabo regresando a ti.
No se puede tener paz en un mundo donde la soledad es castigo y no prioridad.
o-o-o-o
Me gusta este experimento, ir mezclando parte de mi vida con cosas que no han sucedido. De algo tiene que servir la soledad
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