domingo, abril 22, 2007

Introspección LIV.

Recorrer tu cuerpo con la misma tranquilidad con que lo hace un explorador cuando sale de excursión a conocer nuevas tierras, utilizando el don del conocimiento y la sorpresa, pero también de la calma.
Si Dios ocupo seis días para crear al mundo y uno para descansar. Yo ocuparía seis días. El primero estaría dividido en dos: contemplar lo que te cubre y conocer lo que está debajo.
El segundo sería para recorrer cada parte de cuerpo desde las uñas hasta las orejas y por ambos lados.
El tercero nos acercaría a lo divino, la complementación de los cuerpos, la unión de los cánticos amorosos y la fusión de las semillas creadoras de vida.
Los otros tres días repetiría la dosis, implementando nuevas estrategias para contemplar y visitar cada parte que te conforma.
Y el séptimo día sería para pedirte que no te vayas.

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