sábado, marzo 31, 2007

Introspección XLIII.

Perderme en su recuerdo para endulzar mi agonía. Buscar el pasado para afrontar mi presente.
Llevar a Silvio como una declaración de amor y a Sabina como una marca del dolor que el tiempo me ha ido heredando.
Tocarla para poder escribir lo que aún no encuentra su cauce.
Poder estar con ella para sentir el fuego que emana de la tierra.
Y después morir para irme con una sonrisa al infierno que temeroso espera mi llegada, pues se sabe derrotado ante mi diabólica presencia.

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