sábado, abril 22, 2006

Aclaraciones y especificaciones.

¿Cuantas veces he soñado y nos hemos quedado con las ganas
de que a nuestros sentidos exaltemos,
de que con ojos y manos nos recorramos la carne
hasta que nos hierva la sangre?

Pero hoy haré una excepción.
Con esta mano derecha que ves,
sacaré tus entrañas, para recordar
que existen en ti y mostrarte como
dejaste a las mías, cuando con un beso
me juraste volver y con la cadera me decías: Adiós.

No es venganza, es una igualdad de circunstancias.

(0+0=0)

Tal vez nada se pierde.

¿Qué se puede perder cuándo no se tiene nada?,
sólo kilómetros, historias por concluir, momentos
que siempre quedarán pendientes y besos que
jamás se darán.

Eso se puede perder.



Y en este espacio silencioso se puede convertir.
Para que los recuerdos vaguen y remarquen
las cenizas de un fuego que tal vez jamás debió prenderse,
pero que inevitable era huir de todo hecho.

Tal vez ese era nuestro destino.

Silencios y nada más.

(------)

Porque tú eres la locura que movió al Quijote;
el tiempo que buscaba Proust y la travesía que
recorrió Joyce; la mujer que amo Cirlot y la
cruz en que la que Jesús murió.  

(-----)

Del cuchillo del tiempo, la navaja de la costumbre,
la bala del olvido y el valium de la desesperación;
de eso dudo y eso me causa el temor de
poder declararme muerto, ante aquellos
que mi corazón en llamas han deseado y mi
intempestiva derrota sueñan.

(---)

No dudes de mí. Eres lo que necesito.
Dame un beso y a ti regreso.
Siempre he sido tuya y de nadie más.

jueves, abril 20, 2006

Un blog rosamente barroco.

Bueno pues la amenaza se cumplió. La más loca de todas las rosas y la más rosa de todas las locas, ha abierto con insistencia y asesoría privada su propio blog.
Una mujer en todas la palabra con mucho que decir y espero lo diga.
Admiradora de Sor Juana, si el Quijote viviera seguro su amante sería y seguidora indiscutible de The Cure y Coldplay.
Les invito pues a leer dicho blog.
Virypikyu (una vida en rosa) http://virypikyu.blogspot.com


Bukowskyando por un rato.

Ella dijo, “¿te puedo hacer una pregunta?”
Yo contesté,  sí, las que quieras.

“¿Cómo son tu piernas?”, preguntó ella.
Como todas, con huesos cubiertos por músculos
y a su vez por piel, y en ella habitan un montón de bellos.

“No, no es cierto, la otra vez que te vi
el pantalón marco la silueta y se me antojo morderlas,
luego recordé que habías sido futbolista,
entonces se me antojaron tenerlas para mi solita.
Las tienes sabrosas”, dijo ella.
Le pregunté si era caníbal.

“Más bien, soy adicta sexual”, respondió.
¿Y?, cuestioné.
Me guiño el ojo, dio media vuelta
y prometió pasar por mi a las siete en punto a mi casa,
para ir a cenar.



miércoles, abril 19, 2006

¡Que perro asunto es seguir pensándote!

Las palabras se me acaban,
y las ideas están ausentes.

Todo es espera.

Nada existe en estos momentos.

El silencio es la catedral de mis días.

Hay tanto que no se ha dicho,
pero pocas formas de plasmarlo.
Casi todas lugares comunes son ya.

Flaubert alguna vez dijo:
Que perro asunto es la prosa.
Y hay tantos perros
como ansias de contar, de vivir
y soñar, pero casi siempre
el tiempo falta y los buitres literarios abundan.

Las musas están en huelga,
por falta de versos.

La vida se me esfuma como agua en las manos
y hay tantas cosas que no he hecho.

Empieza a apestar a muerto.

Cenizas son mi futuro cercano.

Nada cambia, todo permanece como siempre
y como nunca.

La poesía me abandona
y sólo vagas palabras salen en mi defensa.

¡Que perro asunto es seguir pensándote!
Hay tanto en que pensar y mucho a que escribir,
sin embargo estos versos siguen siendo tuyos.

martes, abril 18, 2006

Un presente para Erika

En este andar por la lectura del poemario Poemas del viejo indecente, claro de Bukowsky, de quien más. Me encontré con un poema que me recordó a mi amiga Erika, la hacedora de numerosas y sabrosas entrada en su blog: Instrucciones para llorar (linkeado en mi interminable lista).

Aquí el poema:

Pequeña conversación matutina con John Fante.

Él dijo, “trabajaba en Hollywood cuando estaba
Faulkner, y era el peor: siempre estaba
muy borracho, como para levantarse al final de la tarde
y yo le tenía que ayudar a subir al taxi,
día tras día, tras día…

…pero cuando dejo Hollywood, yo me quedé,
y mientras yo no bebía, como tal vez bebí,
debí tener el valor para seguirlo
y salirme de ahí”

Yo le dije, “tú escribes tan bien
Como Faulkner.”
“¿en verdad? Preguntó en la cama
de hospital, sonriendo.


Ojala y te haya gustado el pequeño regalo.