sábado, abril 22, 2006

(0+0=0)

Tal vez nada se pierde.

¿Qué se puede perder cuándo no se tiene nada?,
sólo kilómetros, historias por concluir, momentos
que siempre quedarán pendientes y besos que
jamás se darán.

Eso se puede perder.



Y en este espacio silencioso se puede convertir.
Para que los recuerdos vaguen y remarquen
las cenizas de un fuego que tal vez jamás debió prenderse,
pero que inevitable era huir de todo hecho.

Tal vez ese era nuestro destino.

Silencios y nada más.

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