A lo lejos hay un desierto en la jungla,
aquí habita el árbol del fruto divino.
Escuchaste al corazón,
la manzana probamos,
henos aquí dioses murieron,
y renacieron en guerras,
profetas crucificaron
y se volvieron políticos.
Pero nosotros sólo cambiamos
de cuerpos, sigues oliendo
a mis recuerdos del paraíso:
fresas cubiertas de chocolate.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario