Pero el sentirme Pig no me deja
ser tu guardián.
El ser Alfredo no me ha alejado
de la sombra de mi apellido.
Ni el escribir ha logrado que esté
a tu lado y tampoco
las frases se convirtieron en las palabras
mágicas para que me ames.
Aunque siga leyendo para perderme
y escribiendo para buscar mis restos
no lograré tenerte a mi lado.
La única manera de tocarte
son estas letras.
1 comentario:
Alfred,
Me encanta este texto...
Saludos desde tierras áridas
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